Hace tiempo no posteo una palabra del día, de ésas que aparecen a la vuelta de la calle, sorprenden con su garbo y se vuelven parte de la familia. Ésta llega a mis manos por casualidad, sin querer, un poco a regañadientes pero llega, así que la comparto en estricta obediencia a las leyes del azar:
Mador: «Ligera humedad que cubre la superficie del cuerpo, sin llegar a ser verdadero sudor» (DRAE).
Aquí un ejemplo de su uso, aunque el bloguero no da la fuente:
«[…] la ciudad me excita todo el año,/
la playa/
sólo en abril tras el mador de la primera lluvia».

