Domingo por la mañana. Un té de frutas y la voz del Cigala me hacen compañía. La luz del sol que inunda el cuarto me encuentra editando un texto de lingüística aplicada, para una publicación de la universidad. En el artículo, los autores abordan la construcción del lenguaje tardío, es decir, el que tiene lugar en los años escolares. En la década del 70 comenzó a estudiarse de manera sistemática el desarrollo del lenguaje infantil. Entonces se dijo que hasta los seis años, los niños adquirían todas las bases de la lengua y sólo les restaba aumentar su vocabulario. Tiempo después se vio que no es así: en la etapa escolar, los chicos aprenden funciones semánticas y sintácticas más complejas, disocian las palabras de su contexto, lo que les permite jugar con metáforas, chistes y rimas.
Aunque estoy trabajando, lo disfruto a fondo. Adoro meterme en los entresijos de la lingüística, entender cómo opera la lengua. Además es mi manera de no quitar el pie del mundo académico, al cual felizmente pertenecí y que a ratos extraño mucho. Mi trabajo diario se mueve en un plano distinto, me brinda otros placeres, por eso disfruto tanto el coqueteo con estos temas, la subida de adrenalina que provoca este manoseo ocasional. De esta doble vida no sólo no me siento culpable: todo lo contrario.
Esa doble vida, sin importar lo que cada uno de nosotros haga, nos encanta
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Qué bueno tener una, sin duda.
Abrazoooo
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«El lenguaje crea mundo, diseña nuestra manera de comprender la realidad y define la trama de nuestras relaciones sociales.»
Antes de leer tu post leí un artículo del que subrayé lo anterior (el artículo hacía referencia al lenguaje y su relación con la política; pero creo que la relación es válida porque la base es la misma).
«Consíguete un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar» (Parafraseando pésimamente a alguien que no recuerdo).
Cariños.
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Aja! Ya veo que «a veces» tú también subrayas! Qué hermoso: el lenguaje crea mundos (añadiría: crea galaxias o las destruye). Y recuerdo también una frase de José Antonio Ramos Sucre, el poeta venezolano: «Un idioma es el universo traducido a ese idioma».
En cuanto al trabajo, así mismo es, tal como lo dice quien-quiera-que-sea a quien citas.
Abrazo fuerte
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