Y del Papa, muy pocas luces

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De viaje por Buenos Aires esperaba encontrar mil y un souvenirs del recién electo Papa Francisco… pero muy poco he visto. Algún poster en una cafetería de Puerto Madero, un dibujo a lápiz en San Telmo, varios carteles juntos en la calle Florida (imagen que ilustra este post), su foto en la portada de varias revistas. No exagero si digo que a eso se reduce la presencia de Bergoglio en las calles por las que he andado. Mi pareja y yo, intrigados ante la situación que imaginábamos distinta, preguntamos la razón a un par de locales. Uno nos responde que a los argentinos no les importa el asunto, que así como éste es «uno de los dos países en el mundo, junto con Alemania, donde no se hacen desfiles militares», así también es singular el hecho de que tener un Papa local no les genera entusiasmo, sobre todo por los cantados vínculos del excardenal con la dictadura. El otro interrogado, un taxista que va por la vida diciendo «ese tipo está loooooco», señala algo similar: hay muchos católicos de nombre pero que en absoluto siguen los ritos ni a la Iglesia, como él mismo. Ignoro si exista otra explicación, sólo sé que el Buenos Aires que estoy recorriendo no tiene muy presente a Francisco. Casi confieso mi decepción: esperaba paroxismo, un auténtico tsunami y encuentro las aguas quietas. Por otro lado, ello mismo aumenta mis simpatías hacia los porteños.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

9 comentarios sobre “Y del Papa, muy pocas luces

    1. Exactamente igual si fuera mexicano. Además, su imagen se le pondría en el rostro al Ángel de la Independencia (monumento en la zona centro de la capital, donde cuando gana la selección nacional se reúnen los fanáticos a celebrar con cerveza, cantos, baile y exceso). Inimaginable.

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    1. Sí, lo sé, es así. En cada barrio (o casi) hay un equipo local de futbol. Mira que México es futbolero pero ni de lejos llega a esos niveles. Por cierto que descubrí un equipo de nombre más que curioso: «Gimnasia y esgrima». Podría pensar que era todo, menos lo que es. Saludos,

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  1. Estuve en Buenos Aires en abril, y al contrario, vi muchos objetos en venta relacionados al nuevo papa; desde carteles, almanaques, llaveros, pinturas, y hasta un libro del susodicho, como un montón de cosas más. Algunos las vendían en puestos en la calle, otros en locales de «recuerdos». Además, frente al obelisco pusieron una gigantografía del papa (desconozco si todavía esta ahí).. En tanto, me pareció precisamente lo contrario; el argentino es tan fanático que avala cualquier cosa que sea «argentino»..

    Saludos!

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    1. Yo estuve ahí a mediados de marzo, quizá era demasiado reciente la elección como para que operara con fuerza la mercadotecnia. En fin, no me extraña que ahora estén desbordados. Nuestra América Latina, siempre tan fanática, no podía desaprovechar la oportunidad. Ya vimos lo que sucedió en Río hace unas semanas.
      Saludos…

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