
Un par de ojos. Dos girasoles. Tórtolas quietas. Tan únicos como la huella digital. «Los recuerdo turgentes y temblones,/ tus grandes, densos pechos juveniles«, cantó Tomás Segovia.
Los pechos bien se cuentan entre los frutos más codiciados, entre los parajes ignotos más celebrados. Estas imágenes del fotógrafo polaco Waclaw Wantuch les rinden homenaje y yo, con ellas.
una novia sin tetas, más que novia, es un amigo…
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Jaja, buenísimo.
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es un graffiti latinoamericano recogido por eduardo galeano en su libro de los abrazos…
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Ah, pues espléndido.
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Un homenaje tan poético…merece nada más que….más poesía.
En este caso, algunas lineas del poeta Cecilia Llompart:
“I know my breasts, small
as plums, would win no blue ribbons.
But in your hands they tremble and fill
with song like plump, white birds.”
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Vaya, muchas gracias, preciosa imagen.
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O «De cómo poetizar en blanco y negro». Bella entrada, D.; ahora consíguenos, please, el nombre de la modelo.
Abrazos.
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Jaja, ok, procuro conseguirlo, querido.
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