Ando zen. Bueno, no zen-zen ni tampoco tsen-tsen, pero sí más de lo habitual. Es decir, estoy enfocándome en disfrutar el amor hoy, ahorita, sin andar de futuróloga ni de antropóloga ni de interpretóloga.
Se trata de dejarme sentir cuánto me quieres y me lo demuestras a tu manera, de valorar la ternura que me regalas a manos llenas, sin clavarme en cómo no la demuestras, en la infinidad de cosas que no haces y las expectativas mías que no cumples.
Se trata de saborear el rojo intenso de esta paleta.
Qué buen post. Sobretodo la idea de saborear los rojos intensos. El rojo de corazones…el rojo de cerezas. Le rouge des cerises. Cómo lo saboreó el poeta francés Guillaume Apollinaire: «Et je l’embrassai sur sa jolie bouche, rouge comme une cerise et ouverte sur de belles dents saines et appétissantes.»
Que sigas andando zen …. y disfrutando las cerezas metafóricas, poéticas….y auténticas
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Ésas son las que valen la pena, las únicas, les cerises rouges et apppétissantes. Salud por ellas.
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Disfruta, disfruta, querida, que la vida es breve y no hay mejor sucedáneo de la inmortalidad que el amor.
Abrazos.
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Se parece a la inmortalidad, sí, aunque no lo sea.
Besos, qué bueno tenerte de vuelta.
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