Yo tenía ocho años. Él, dieciocho. Me obligó a hacer cosas y forzó entre mis piernas. Luego dijo que era mi culpa. Le creí, no dije nada. Las mujeres estamos hablando de abuso sexual, violación, incesto, desaparición, feminicidio. No es divertido, señores. Odiamos lo atroz de este paisaje cotidiano y justo le ponemos palabras porqueSigue leyendo «POR QUÉ NO ME VOY A CALLAR»