Un poco por azar y otro poco por Sean Penn fui a ver «El árbol de la vida». En las dos horas y media pasé por un abanico de emociones: me sorprendí, me gustó, me aburrí, me chocó, unos minutos incluso me dormí, me volvió a gustar y vuelta a empezar. De ritmo lento ySigue leyendo «El árbol de la vida»