Hace algunos (un chingo) de años, esa niña-que-se-llamaba-igual-que-yo no sabía qué vida le iba a tocar. Hoy le puedo decir, me puedo decir: cuento conmigo y con personas que me prestan abrazos por los que vale la pena estar en esta galaxia, en este preciso minuto. Está la adolescenta con los ojos más luz queSigue leyendo «Tengo suerte. Como para esta vida y otras dos.»