Se autonombra un escritor malo, no teme a las rimas ni al lugar común, disfruta las cacofonías. Se burla de sí mismo por feo, pero también se ríe de todo lo que debe considerar sagrado, como los talleres literarios, las reuniones de escritores, los festivales culturales, las ferias del libro. Padece un mal muy malo: es pésimo lector porque se queda dormido apenas empieza a leer. Por ello, enreda los nombres de obras consagradas: dice que sus libros favoritos son Cien años de sobriedad y de La muerte de Abstemio Cruz.*
Anónimo Hernández es el alter ego con el que Mauricio Bares arma esta novela de ingenio y prosa fluida, que subraya pedanterías del mundillo literario: «Siempre he odiado las biografías donde los escritores aparecen como mártires de la literatura. Fui albañil, fui jardinero, fui lavaplatos. Uy, qué hazaña. Trabajé como banquero, vendedor, dependiente. Pobrecito. Juan Rufus fue burócrata. William Fuckner fue minero. No, pero yo fui lustrabotas… Y yo fui barrendero […] El punto es saber qué esperaban. Que les dieran el Nobel por su literatura cuando eran principiantes?». Pues sí, toda la razón.
Da gusto encontrar literatura propositiva como ésta, no sólo en la forma sino en el fondo (y en el diseño). Es publicada por NitroPress, editorial mexicana que a pasos de gigante se va haciendo un nombre sólido.
*Nota para lectores no hispanoamericanos de este blog: el juego de palabras es confundir Cien años de sobriedad con Cien años de soledad, del colombiano Gabriel García Márquez, y La muerte de Abstemio Cruz con La muerte de Artemio Cruz, del mexicano Carlos Fuentes.
Suena interesante
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Lo es, te lo recomiendo!
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Se me antoja leer este libro, porque estoy de acuerdo en que a muchos escritores les gana la vanidad y ven a los «seres mundanos» desde arriba…, pero miedo me va a dar comprarlo, ¡por el maldito cucaracho que trae en la portada! (¡les tengo superarchirrecontrafobia!)
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Te recomiendo leerlo, tiene una visión aguda que se disfruta mucho. Y en cuanto a la cucaracha, que no te dé miedo, es en referencia a un capítulo divertido en el que esos bichos aparecen porque el autor es tan sucio que convive con ellos, pero los justifica recordando al escritor convertido en cucaracha!
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A mí, sin leerlo, me tiene ya ganado, me cae bien el hombre este.
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Además tengo el gusto de conocerlo en persona y es un tipo genial, querido Dessjuest.
Va hasta allá su abrazo dominical
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Espero que el libro se consiga también por esta tierras olvidadas de Tlaloc. Diríase lectura edificante y menos banal de lo que podría parecer a simple vista: ahora, para meterse con las reglas e instituciones, me juego un… cromo de Marisol 😉 a que el señor frecuenta sea unas y las otras.
*Nota: tu nota, estimada, más que para no hispanoamericanos es para analfabetas (¡Fuentes, Márquez!)
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No sé si el libro se consiga allá pero ojalá sí! En cuanto a las instituciones, sin duda el autor las conoce desde dentro, pero me parece valiente que sin miramientos las cuestione y se burle de ellas. Son pocos los escritores que lo hacen. Y sobre la nota, la hice pensando en que hay lectores que me siguen desde Bulgaria, Israel, Bélgica y hasta Malasia, de manera que no necesariamente están familiarizados con los títulos de las novelas. De todas formas creo que no está de más…
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Tú tienes lectores de esta parte del charco, eso es seguro y por lo del libro, miraré aquí http://www.bookdepository.co.uk/ aunque seguramente lo conocías ya. Tienen un muy buen motor de búsqueda y lo mejor: envían a todo el mundo sin costes de envío.
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Pues no, no lo conocía, es un gran tip. Muchas gracias!
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El libro se encuentra en versión ibook en http://libros.malaletra.com/ 🙂
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Vaya, qué bien, muchas gracias por la información!
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Reblogueó esto en " Una Voz en el Silencio ".
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me gusta esto
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