
“Solamente hay una manera de leer, que es huronear en bibliotecas y librerías, tomar libros que llamen la atención, leyendo solamente ésos, echándolos a un lado cuando aburren, saltándose las partes pesadas y nunca, absolutamente nunca, leer algo por sentido del deber o porque forme parte de una moda o de un movimiento. Recuerde que el libro que le aburre cuando tiene veinte o treinta años, le abrirá perspectivas cuando llegue a los cuarenta o a los cincuenta años, o viceversa».
-Doris Lessing, El cuaderno dorado (Punto de Lectura)
Sí, acercarme a libros leídos en la temprana juventud ha sido para mí como reencontrar al novio de secundaria… que ahora está más guapo.

¡Vaya! Es una genial forma de verlo. A mi me ha pasado, ya que devoro los libros con ahínco. Me topo de repente con alguno que no comprendo del todo y me solía frustrar porque suelo disfrutar de casi toda lectura que llega a mis manos. Pero puede ser que me falte eso: vida, experiencias. En el futuro volveré a abrir esos libros y (espero) pueda ser capaz de verlos desde otro ángulo.
Buen post. Un saludo 🙂
Te invito a conocer mi blog.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Sin duda así será con algunos, que estarán esperando. Otros no serán para ti, ni ahora ni entonces. Al menos así me ha pasado a mí. Italo Calvino decía que un clásico es un libro que no termina de decir lo que tiene que decir, en otras palabras, siempre ofrece nuevas lecturas, ángulos frescos, aunque lo leas por centésima vez.
Gracias por pasar, voy de visita al tuyo…
Saludos
Me gustaMe gusta