9:10 am. Asiento 10a, vagón 3, tren Frecciarosa, trayecto Milán-Florencia. Esa es mi ubicación física pero como muchas veces cada día, mi mente vuela a México. Con la mirada fija en el paisaje helado que llena la ventana del tren repaso los últimos acontecimientos ocurridos allá y puedo verlos bajo una nueva luz, analizarlos y descomponerlos otro poco. Me siento más tranquila.
Estos últimos días en el Duomo, el Castello Sforzesco, la Pinacoteca de Brera y las calles milanesas he batallado para captar en foto texturas diversas (mi eterna obsesión), como las que ilustran este post. Si me acerco demasiado, la cámara no logra enfocarlas bien, su lente confunde los contornos. En cambio, cuando la alejo un poco define la imagen. Veo que me sucede igual: tomar distancia me permite ver las cosas más claras. Y lo agradezco.




cuantas cosas se componen mejor si se toman distancias, quizá son innumerables
Me gustaMe gusta
Sí, valdría hacer un libro de ellas!
Abrazo
Me gustaMe gusta
«Distancias, distancias
no salga la rana del charco
que los sapos se disfrazan!»(jafsc’13)
Querida Danioska, casi, casi un Haiku inspirado de tu Distancia 🙂
En verdad de verdad pura, la distancia no existe, es tu mirada que se adapta y – como tu cámara- retrata o no las texturas …imho 😉
Me gustaMe gusta
Veo que andas inspirado, querido! Tu comentario sobre la mirada me hizo recordar aquello de Platón sobre que la luz se hace adentro del ojo…
Abrazo
Me gustaMe gusta
Es toda una dialectica interior/exterior… Bueno, no tan inspirado, hace ya varias semanas que no escribo un solo ‘petit’ msero verso…pero me las saco haciendo fotografia, otra forma de lenguaje poético. Espero tu itinerario en Europa siga siendo tan interesante como lo vives y describes…Abrazo!
Me gustaMe gusta
En efecto, está siendo interesantísimo y riquísimo, muchas gracias. Y en cuanto a los lenguajes, tanto el escrito como el visual tienen la capacidad de decir muchísimo y de implicar todavía más, por Fortuna.
Un abrazo
Me gustaMe gusta
Estupendas fotos D.; Otra de las formas de la crónica. Yo tengo la costumbre de sacar fotos de las alcantarillas de las diferentes ciudades que visito. ¿Por qué? no tengo ni idea. un día comencé a hacerlo y desde ése día no he dejado de hacerlo. no son tan elegantes como las tuyas, pero creo que tienen su encanto.
Muy lograda la comparación de las distancias física y emocional.
Cariños.
Me gustaMe gusta
Supongo que cada quien tiene sus obsesiones: a mí las texturas/ los detalles me seducen desde hace tiempo y tampoco sé por qué, simplemente así es. Tu idea de las alcantarillas es harto más original, sin duda, pero en el fondo lo interesante es cómo a cada uno nos «hablan» distintas cosas, que no son las que el común de la gente suele retratar. Quizá es una prueba más de que somos «raros», verdad con la que no peleamos sino más bien asumimos sin problema.
Abrazo
Me gustaMe gusta
Viendo los niveles de la «normalidad» ser «raro» (según el concepto tal como lo estamos tratando) es un motivo de orgullo y una tarea a ser reforzada cada día.
Me gustaMe gusta
Lo sé, lo sé, es de celebrarse…
Me gustaMe gusta
PD ojalá algún día compartas algunas de «tus» alcantarillas!
Me gustaMe gusta
Para ello tengo que recuperar mi otra PC. ¿Llegará el día? Porque esto se está haciendo más largo –y más complejo– que un parto.
Me gustaMe gusta
Un día lo has de lograr, estoy segura, y espero que eso sea pronto pronto.
Abrazo
Me gustaMe gusta