Fin de semana delicioso: pláticas con mi hija, confesiones, alguna lágrima, risas, complicidad. Necesitaba sentirla cerca. Además, el hallazgo de una exposición notable en el Museo de Arte Carrillo Gil: libretas de trabajo, bitácoras y cuadernos de 45 artistas de distintas disciplinas.
Los creadores que cedieron sus libretas al museo las llaman «archivos mentales» y «contenedores para vaciar la cabeza». Se trata de compendios de bocetos, recortes, frases, dibujos, texturas e iluminaciones. Igual que las placas fotosensibles reaccionan ante la luz y graban las imágenes que conocemos como fotos, el papel de estos cuadernos plasma el proceso emotivo, de reflexión y observación (¿obsesión?) que subyace el trabajo de cada uno. De ahí el nombre de la muestra, curada por Caroline Montenat: Materia sensible. Lo fantástico es que no están expuestos en una vitrina sino dispuestos en mesas y, previa colocación de guantes de plástico, pude hojearlos, leerlos, seguir la narrativa implícita. Resulta impúdico pero placenterísimo asomarse así tras bambalinas y observar los tachones, las dudas, las ideas en gestación. Una nota: lamento la mala calidad de estas imágenes, pero un museo no tiene la mejor luz para fotografiar.
http://www.museodeartecarrillogil.com/ex_caroline.php
palabras a flor de piel 
me recuerda a las cosas que hago todo los días, por aquello de la foto sensibilidad y las radiografías y por las libretas en las que escribo a diario
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Sí, tienes razón: quienes escribimos somos sin duda fotosensibles. Y qué gusto que también compartimos el gusto por garabatear libretas. Te gustaría esa exposición, estoy segura.
Un abrazo
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Pues antes de leer mi apodo en el texto ya me estaba relamiendo (había mirado las imágenes un par de veces antes de comenzar a leer. Por cierto, da algo de pudor ver esas libretas tan personales, pero me dan la sensación de mayor proximidad con el autor que cualquier otro texto u obra.
Me encantó y sí, es cierto, me hubiera gustado estar ahí.
Cariños.
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Sí, asomarse a ellas es impúdico. Así lo sentí también yo, pero el voyeurismo esconde mucho disfrute! Sé que te hubiera encantado, lo sé.
Abrazo
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