Autor herido por la letra

Imagen 2Sobre si prefería a los intelectuales de cubículo o a los que vivieron en el mundo, como Jaime Sabines, quien fue «médico fallido, amador infatigable, chambón comerciante chiapaneco y amanuense iluminado de nuestro sentir poético», el escritor mexicano Germán Dehesa respondió en su momento: «me siento naturalmente amistado con los escritores que van y vienen pareja y pendularmente de los libros a la vida; la vida de todos los días con sus guiños prodigiosos, sus silenciosas catástrofes, sus mujeres siempre florecidas, sus invitaciones al viaje, sus riesgos y aventuras y sus confortantes rituales […] Todo este magnífico rollo fue tramado para avisar que yo, en apariencia, escribo en mis ratos libres pero que, en realidad, en la casa y la oficina, en el baile y la cantina, siempre estoy escribiendo. Estoy, como dirían los catalanes y mi fiero amigo Ricardo Garibay, lletra ferit (herido por la letra)». -Germán Dehesa, «Sueños en el umbral», ¡Fallaste, corazón! (Plaza & Janés)

Coincido: me gustan los autores cuya vida diaria es alimento de la literatura, que no respiran sólo a través de libros sino los ven como complemento (quizá el más rico) de su andar por los pasillos del amor, los viajes, la amistad, la existencia misma. En cuanto a lo segundo, estar herido por la letra es una hermosa forma de describir la pasión por la pluma.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

24 comentarios sobre “Autor herido por la letra

      1. Perfecto, preguntando se llega a Roma 🙂 Se les agrega tomate y cebollines con su tallo verde. Se hacen revueltos. Los condimentas a tu gusto :pimienta,aji serranos o habaneros o jalapeños hmm y te o cafe…Despues filosofas o poetzas 😉

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    1. Triste Sina hizo la pregunta antes que yo: tampoco conozco los huevos pericos, help! En cuanto a la herida, ésa es de las muy pocas que no quiero esconder sino, por el contrario, presumir…

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      1. Y por haberme ido directamente a uno de mis temas favoritos me había olvidado del libro: una peluquera que en lugar de tener revistas del corazón (sería mejor llamarlas del útero) en la mesilla tiene poesía y cuentos cortos, me dejó este libro de Dehesa, que no estaba en la mesilla, y lo encontré muy divertido. Es el único suyo que conozco.
        PS Al amado Sabines llegué porque se lo beneficiaba la adorada Castellanos, las cosas como son.

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      2. Supongo que adjuntaste alguna foto del libro, pero no veo nada. En fin, si no tienes foto con el título me conformo, jeje. Y qué buena idea de la peluquera, debería patentarla o, al menos, difundirla: muchos les ayudaríamos a tener revistas y libros con contenido!!

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      3. Es que yo soy tonto… te lo digo para que nos vayamos conociendo mejor . La frase completa hubiese tenido que decir: «este libro del que hablas»… «fallaste corazón». La mujeL, una Veracruzana de bandera, hubo de explicarme alguna que otra cosa ya que había referencias muy puntuales a hechos y personas de México pero eso no impidió que mi disfrute fuera total. Tenía también (esta vez en la mesilla) cosas de Rius y «santos contra la tetona Mendoza» (cuya lectura creo que disfrutarían enormemente el Líder y tal vez el Insomne).

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      4. Vaya, perdona, debía imaginar que te referías al libro que yo había citado. Pues qué buenas cosas suele leer esa peluquera. Ojalá hubiera varios millones como ella. Rius es buenísimo, toda una institución, y los cartonistas creadores de Santos contra la Tetona se llaman Gis y Trino, también extraordinarios. Sigue yendo a esa peluquera y cuéntame qué más tiene para leer, jeje. Por cierto, ayer un veracruzano me dijo que al juego que en Argentina llaman «rayuela» y acá «avión», en Veracruz lo nombran «bebeleche». A ver si ella sabe por qué ese nombre!

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      5. Para proteger la identidad de la fantástica peluquera la llamaré Yolanda (su nombre real) y le he enviado un correo, no vivimos en el mismo país. Ella ha preguntado a la abuela (esto parece la búsqueda del grial) y la señora ha respondido que «se le llamaba el mundo antes de la invasión del plástico en la segunda mitad de los cincuenta… que trajeron unos vasos con dobles asas por los dos lados, una bola encima y un pico… horroroso; que llamaban el bebeleche. Los críos comenzaron a llamar así, el juego que antes se llamaba «el mundo» y que en la última casilla, llevaba un planisferio dibujado». Eso es todo.

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      6. Muchas gracias por la búsqueda del Grial! Interesantísima explicación. Ahora que todo el mundo habla de Rayuela por sus 50 años, imagínate que se hubiera llamado El mundo… Ok, mejor no nos lo imaginamos.
        Abrazo

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      1. Ah, viene en la cadena de comentarios: yo dije al juego que en Argentina llaman “rayuela” y en la Ciudad de México conocemos como “avión”, en el estado mexicano de Veracruz lo nombran “bebeleche”. Todo esto salió a propósito del aniversario 50 de Rayuela, de Cortázar. Luego Triste SIna averiguó que a ese mismo juego hace mucho en México le decían El mundo. Yo dije que no me imaginaba que la novela de Cortázar en vez de Rayuela se llamara El mundo, porque no quise imaginarme que se llamara El bebeleche!!

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  1. Pasaba por aquí al olor de la sangre de escritor, tan especiada, tan rica en matices. Ora dulce ora salada, siempre cambiante. Hum, sabrosa sangre de escritor, salvo cuando está envenenada, en cuyo caso, guárdense de probarla a grandes sorbos, pues no hay nada más mortífero; suele usarse en pequeñísimas dosis como antídoto de políticos corruptos, banqueros sin escrúpulos y charlatanes sabelotodo. En este caso sirve como catarsis. Así sí.

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    1. La de escritor es una sangre particularmente espesa, porque en ella flotan partículas de adjetivos, sustantivos, verbos, cadencias, figuras retóricas y otras sonoridades. Y, como dices, sin duda es un buen antídoto contra seres deleznables del tipo que mencionas.
      Abrazo

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