El rostro de la verdadera Blancanieves

Dina Goldstein
Dina Goldstein

¿Qué pasa después del «y vivieron felices para siempre» que nos recetan los cuentos de Disney? Vienen los hijos y las cuentas por pagar, a veces las adicciones, la cirugía plástica, el cáncer o la vejez. En estas imágenes cargadas de humor ácido y crítica inteligente, la fotógrafa Dina Goldstein (Tel Aviv, 1969) cuenta ese «después» de las princesas. Habría que enseñárselas a las niñas, para paliar el efecto nocivo de historias donde todo es bello y perfecto, donde el amor es una felicidad eterna, mismas que luego causan enormes dosis de frustración en niñas, adolescentes… y adultas.

Sitio web de la fotógrafa: http://dinagoldstein.com/fallen-princesses/

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Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

26 comentarios sobre “El rostro de la verdadera Blancanieves

  1. Me encantó. Prohíbida la lectura a niños que aún crean en el cuento de Blanca Nieves, jajaja. Eres más terrible que la malvada bruja de los cuentos de Disney. Desde hoy dejaré de soñar que era un príncipe azul, que bajón de nota…. jejeje. Un fuertísimo abrazo en la distancia!

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  2. El problema no son los cuentos, si no la versión Disney. Un libro que seguro conoces y que mucho he amado: «fairy tales and the existential predicament» de don Bruno Bettelheim. Las fotos tienen tan mala hostia como tu comentario… ¡me encantan!

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  3. A mí me gustaban Batman, Superman, James Bond…, pero conduzco un modelo que no se parece al Batmóvil, no vuelo ni tengo rayos X en los ojos y sólo por estar en la barra de un bar con un martini no se me acercan imponentes féminas… ¿tendré el síndrome del que hablas?

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  4. Cuento (según RAE): 2. Relación, de palabra o por escrito, de un suceso falso o de pura invención. 3. Narración breve de ficción.
    Emulando a mi admirado Luis Eduardo Aute en su canción «Cine, cine» donde decía que: «Cine, cine, cine, cine,/ más cine por favor,/ que todo en la vida es cine/ que todo en la vida es cine,/ y los sueños,/ cine son.», yo diría: «Cuentos, cuentos, cuentos, cuentos,/ más cuentos por favor,/ que nada en la vida es cuento/ y los cuentos,/ cuentos son.»
    Abrazos desde el País de Nunca Jamás,
    Rafael

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    1. Pues sí, aplica bien tu adaptación de Aute. Tendríamos que hacerla himno de los colegios primarios. Y en cuanto al País de Nunca Jamás, Peter Pan es de mis cuentos infantiles absolutamente favoritos, aunque me hago cargo de lo retorcido de un personaje como James Matthew Barrie, su autor…
      Abrazo

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    1. Totalmente de acuerdo. No se trata de ir matando la imaginación de los niños y las niñas, sino de no alimentarla de lugares comunes que además son engañosos. Hablando de lugares comunes me da por preguntar: ¿cuántas niñas que juegan con Barbies mañana caerán en anorexia?
      Saludos

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  5. yo creo que en esta entrada se esconde un gran cuento, del que nadie escribe, del que todo mundo huye, es el después de tantas cosas, donde la realidad cruda y cruel nos enseña lo que en realidad son las cosas

    una gran historia puedes contar con ese después de…

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  6. No existen los cuentos de hadas en la vida real. A los jóvenes de hoy, a través de los medios de comunicación, se les está mostrando un mundo totalmente falso: gente, ni arte ni beneficio, que se convierten de la noche a la mañana, en los malos-ejemplos a seguir.
    Lo triste es que, a su alrededor, no haya alguien con la suficiente madurez, para explicarles cuan efímera es esa vida de «famosillos».
    Un abrazo,
    Jesús

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    1. Bueno, el tema de la fama-los Hollywoods-los premios-la industria y demás es agobiante, primero para los chicos que lo viven/padecen en carne propia, y luego para los fans que viven jurando que esa vida es hermosa y aspiran a ella. En fin, un mundo de plástico no puede sino generar vidas de plástico.
      Abrazo

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