«La incapacidad para gestionar los pensamientos resulta ser la causa principal del malestar. Poner una sordina al incesante estrépito de los pensamientos perturbadores representa una etapa decisiva en el camino de la paz interior. Como explica Dilgo Khyentsé Rimpoché: ‘[…] Un anciano que mira jugar a unos niños sabe muy bien que lo que sucede entre ellos no tiene ninguna repercusión; no le produce ni excitación ni desánimo, mientras que los niños se lo toman muy en serio. Nosotros somos exactamente igual que ellos'». -Matthieu Ricard, En defensa de la felicidad (Urano)
Hoy, por ejemplo, ofrezco mi reino a cambio de uno de estos implementos que pueda meter dentro de mi mente y la haga callar.

Muy bueno!
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Has tenido muy buena idea… me guardas uno si lo encuentras…?
Besines de lunes ya casi agotado…
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Ufff, sigo buscando hasta debajo de las piedras…
Abrazo
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Quizá el consejo del maestro no es taparte los oidos sino aprender a ver los pensamientos como niños que juegan. Ese es un error habitual en mucha gente que se sienta a meditar: represión contra aceptación.
¡Me gusta tu blog!
Un abrazo
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Así es, a mí en lo particular me cuesta un mundo.
Bienvenido al blog. Pasa por un café, siéntete en casa…
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Uhmm, qué rico. Gracias 🙂
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yo tengo algo que puede servirte, pero, como en todas las cosas existe un pero, tienes que hacer un viaje….
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y sí, me quedo con tu reino….
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Uy, entonces es imposible, querido…
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Lo del viaje?
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Ay querida, los comentarios que debes soportar… ni ganas me dan de comentar nada sobre el post. Será que últimamente me estoy volviendo poco tolerante con respecto a… todo, para ser sincero; pero ciertos comentarios masturbatorios me molestan por desubicados y vulgares. ¿Ves por qué dejé de publicar en el blog? (al que volví, dicho sea de paso, y vamos a ver por cuánto tiempo) Y no es que yo recibiera comentarios de este estilo, válgame Francisco I, pero es que la estupidez se da de tantas maneras…
En fin, me visto de astronauta y me voy a dar una vuelta por la galaxia. Después vuelvo.
Cariños.
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Abrazo entendedor…
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