Recorrer estas calles despojadas de glamour, ajenas al lujo de Manhattan y con sabor auténtico de esfuerzo y creatividad, resulta revelador. Lo es aún más hacerlo en compañía de David, artista callejero él mismo y guía de un tour que nos descubre muestras de arte urbano. Es una maravilla, disfrutable a morir. Mientras me admiro de cada acento en los muros, David subraya que el sello del arte callejero es su mezcla de humor y conciencia, su necesidad por dar voz a quien no la tiene y tomar la calle para hacerse oír, aunque sea por la fuerza. Violencia, pobreza, consumismo, sexualidad descarnada pero también humor ácido y mundos fantásticos mejores que éste: que alguien me diga que esos temas no merecen ojos y oídos. Me cuadro ante ese ímpetu.
aunque existen sus diferencias el arte de las calles de la ciudad de México me dicen tanto y me llenan de nostalgia por las mil posibilidades que nunca podrán nacer…
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El arte urbano en México es muy rico también y, como en todos lados (y en Brooklyn también), lo deja a uno pensando cuántos enormes talentos se perderán por falta de apoyo u oportunidades. Lo que me parece fascinante en cualquier caso es la urgencia por comunicar, por decir lo que bulle dentro. Eso no cambia.
Abrazo
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Creo que en la calle se fabrica la vida.
Gente que pinta el aire de cultura, o quiza tambien odio pero en cualquier caso la realidad.
Un saludo.
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Sí, me encanta el ímpetu de sacar el arte a la calle, donde todo el mundo pueda verlo, y de hacerlo por vías «heterodoxas», sin pedir permiso, proque cuando se tiene algo que decir hay que decirlo y gritarlo o uno se pudre.
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Me encantó el post amiga escritora. Un abrazo desde el otro lado del charco!
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Abrazo fuerte, querido!!
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🙂 sonrisas y abrazos en doble ración, querida!!
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La necesidad de expresarse de todo ser humano es infinita, solo que la «educación formal» por un lado y «las buenas maneras» por otro van cohartando esa libertad creativa que todos tenemos con nosotros de pequeños. Es maravilloso ver, además, que ese arte callejero no es una muestra ajena a las necesidades sociales. Es fruto de ellas y también su reflejo.
Buen post, D.
Cariños.
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Es lo que dices y también el hecho de que la mayor parte de estos artistas de la calle no tienen ni recursos ni apoyos ni educación «formal», lo que significa que en buena medida están excluidos de los círculos oficiales. Así, el arte en los muros no es una pose ni una decisión sino la única posibilidad de expresarse. Eso me parece doblemente valioso, por la voz en sí y también por el valor de hacerla oír contra viento y marea (en este caso, contra policías).
Abrazo
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