7:30 am. Tepoztlán, Morelos.
Vista: el magnífico cerro Tepozteco, con su rostro impasible que asegura que todo está /estará bien. Oído: pajaritos y algún gallo que aún celebra el sol. Olfato: pan dulce comprado anoche en el pueblo. Gusto: ciruelas que acabo de arrancar del árbol. Tacto: clima exterior fresquito, como corresponde a la hora, y clima interior sin nubes, sereno. En el cuarto duerme mi hija, mientras yo leo y agradezco momentos así de perfectos.


Preciosa foto, precioso el texto, trasmite tanta armonía en paz. Me encantó, abrazo
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Gracias por pasar, saludos…
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Me recuerda a la vista que tengo desde mi ventana. Aquí ahora huele al humo de la leña que escupen las chimeneas. Aroma de invierno, confortable y reconfortante. Que esos momentos perfectos se repitan una y otra vez. Un abrazo!
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La vida a veces se luce, no hay duda. Celebremos.
Abrazo…
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Suscribo, palabra por palabra, el comentario de Andrea. El eje está, como no podía ser de otra manera, en la expresión «clima interior sin nubes». Cuando uno está en paz, la mirada siempre es más limpia.
Cariños.
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El sitio es magnífico, está cargado de magia y buenas vibras. Además, poco a poco las cosas parecen irse acomodando, de ahí el cielo interior despejado. Cómo no musitar un «gracias»…
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