
México vive días terribles. No sé qué palabras usar ni qué tono dar a lo que escribo, que logre ser parte de la flama de coraje e indignación en torno a la brutalidad de Estado cometida contra 43 estudiantes de Ayotzinapa.
Doy contexto para quienes leen este blog fuera de México: ayer, el procurador de la República ofreció una reconstrucción de hechos a partir de declaraciones de los supuestos autores materiales del crimen y anunció que los restos encontrados en un basurero de Guerrero «parecen» ser de los muchachos muertos e incinerados. Luego, en una muestra inconcebible de estupidez e indiferencia, terminó la ronda de preguntas con un: «Ya me cansé». El hashtag #YaMeCansé se volvió trending topic mundial porque, en efecto, todos estamos muy cansados.
Me sumo al grito porque yo también estoy cansada, harta del miedo, de la clase política divorciada de la gente, corrupta y coludida con el crimen, de la sinrazón, de la violencia desbordada, de un país que se cae a pedazos y en el que parece que no pasa nada. Estoy hasta la madre.

¿Cómo dejamos que tantas veces nos gobiernen los necios, los mediocres, los hipócritas, los mentirosos? Mal común de la humanidad, no sólo de México, pero que ciertamente os está atormentando especialmente en estos momentos. Fuerza para conseguir cambiarlo.
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Necesitamos muchas cosas: fuerza, inteligencia, unidad, justicia. México tiene que cambiar su historia, ya no podemos seguir sumidos en la impunidad y la corrupción. Gracias por tu apoyo, Rafael.
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La política tiene poco que ver con la gente en este siglo, en unos países resulta un poco más crudo que en otros.
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Aquí la política está totalmente divorciada de la gente. La brecha es bestialmente grande, no hay puntos de contacto.
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Y por otro lado, fue en la frontera entre EEUU y tu país donde empezó la política contra las drogas que perdura hasta nuestros días. En mi opinión, tenéis allí un serio problema con gente muy peligrosa que se ha hecho fuerte a base de malas políticas muy, muy interesadas. Está perfectamente ligado en tu país, más que en la mayoría (la corrupción y los narcos: no me parece que tenga fácil arreglo sin una revolución al respecto a nivel internacional). Esperanza, Julia. Un abrazo.
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¿Sabías que en mi país apenas escuché del asunto hasta que aparecieron el alcalde y su mujer? Fue por internet que seguí el desarrollo de los acontecimientos. No lo entiendo. Es indignante. Y aún salen en las noticias los nuevos datos con cuentagotas. Por la tele nos llega lo que les da la gana.
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El tema de la política ligada al narcotráfico no es nuevo, querido, pero jamás había sido tan descarado y tan bestial el manejo como ahora, cuando se ha perdido absolutamente el respeto por la vida, bajo el cobijo de la impunidad más feroz. En efecto, es muy indignante y lo más fácil es perder la esperanza, pero tenemos que conservarla porque sólo con una meta de cambio podremos lograr que las cosas no sigan igual.
Abrazos
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Cuanta falta hace la democracia verdadera y cuanto sobra la violencia !!
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Por desgracia, la violencia es la moneda de cambio cotidiana en México, la que tenemos que encontrar cómo sustituir.
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Menudo cretino. Parece que cada vez en más puntos del planeta, eso sí, muy poco a poco, el cansancio va dando paso a la acción. Basta ya de abusos y de indecencia. Un abrazo.
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Ya basta, sí. A diario están dándose acciones que exigen un cambio, el asunto es que nadie sabe (o, al menos yo no) cuál de ellas realmente tendrá el efecto buscado de replantear el país desde bases distintas a la corrupción, la impunidad y la injusticia.
Abrazo, Benjamín
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Lo lamento tanto. No son mexicanos, son latinoamericanos desaparecidos. Basta de sobrevivir y soportar. Vamos Mexico, vamos latinoamericanos!
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Agradezco el ánimo y la empatía. Las necesitamos, como dices, en toda América Latina.
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Me sumé a los movimientos universitarios en apoyo, para expresarme, para ser más los que no tenemos miedo y ya nos cansamos. Algunos amigos me dijeron «No vayas en la noche a hacer guardia, te puede pasar algo» o un «No te metas en la marcha, corres riesgo» pero entonces ¿qué espero? ¿Quedarme cómoda porque no me pasó a mí? Todos los días corremos riesgo con este gobierno; y esos comentarios me lastimaron, es un problema enorme la apatía de la gente con lo que sucede.
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Entiendo bien lo que dices, Candysh. Yo fui anoche a la marcha por las mismas razones que tú: no sé si marchar sirva de algo, pero me parece mejor salir a la calle y expresar la exigencia junto con otros miles, que quedarme en casa. Creo que por primera vez desde hace mucho tiempo, los mexicanos estamos dejando de lado la anestesia y sumándonos para demandar un punto final a la impunidad y la connivencia entre autoridades y narcotraficantes. Una manta decía anoche: «No te conozco pero nos necesitamos». Y sí: juntos podemos lograr lo que encerrados en casa no vamos a conseguir jamás.
Un abrazo
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Querida Danioska,
Leo tu blog hoy tarde por aquí lejos, pero hoy os tuve a todo Méjico presente. Salisteis en las noticias, haciéndose presente aquí los tremendos asesinatos con los que cargáis a diario.
Y ya no sé qué decir. Se me heló la sangre más de lo que ya la tenía. Amigos, mucha fuerza. Sois grandes, que la sed de justicia se convierta en actos palpables. Mucho amor y esperanza.
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Teniendo un país tan fantástico como lo es México, tenemos ahora también la manera más terrible de salir en las noticias: con muertos, tragedia, impunidad. Se hiela la sangre con lo que está pasando, sí. Que ello nos lleve a conseguir un cambio. Gracias por estar cerca.
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Terribles eventos, partidos politícos nefastos y el país a la deriva… Triste futuro :-((
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El asunto es no dejar que nos gane la desesperanza, sino convertir el coraje y el cansancio en un cambio de fondo.
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«no hay color para el luto» Dijo alguien. A veces, tampoco hay palabras. Estoy al tanto de lo que ocurrió en tu país y usar el término «consternado» parece una broma de mal gusto o de torpeza (no; no hay palabras que alcancen). Te acompaño en tu dolor y, más que nada, en tu enojo y en tu grito.
Hoy, más que un abrazo te dejo mi mano, mi voz y mis banderas a tu lado. Todos somos uno, México, Argenitna o el país que fuere. Adelante, siempre.
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El enojo es inmenso, mío y de muchos, pero si se queda ahí no deja de ser estéril. El reto es lograr que se convierta en algo más, en una fuerza que transforme este país que amo e, incluso, que contagie nuestra América Latina tan dolida de injusticias. Necesitamos sumar, como dices, manos, voces y banderas. Venga, a darle.
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Este dolor, lamentablemente, no parece que pueda quitarse como no sea con más dolor. Esto es lo inhumano de lo humano.
¿Es que no vamos a ser capaces de buscar una salida digna a tanto cansancio? ¡Es la humanidad la que se nos cae a pedazos!
Sufro por tanto dolor y os abrazo con la fuerza del deseo de que sepamos encontrar lo humano de lo humano.
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Sin duda somos más los pacíficos que los violentos, el problema es que ellos están en el poder y hacen más ruido, pero confío en que de esta rabia surja algo positivo.
Gracias por el abrazo. Lo regreso multiplicado.
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Aunque leí tu entrada el otro día, a veces se queda uno en blanco, ya no es indignación solo ó rabia, es que uno se atraganta con palabras aún no inventadas para calificar estos acontecimientos. Es triste, muy triste, no ya solo por los hechos acaecidos, sino por la falta de voluntad de solucionar estas cosas por aquellos que debieran hacerlo. Debería ser una prioridad absoluta. Espero que todas estas movilizaciones consigan eso, que sean el primer empujón para echar a rodar la piedra cuesta abajo, iniciar la inercia para limpiar ese estado de cosas. ¡Animo!
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todo esto me deja sin palabras querida Julia. éstas disonancias con la vida, generan impotencia. ojalá que no les gane el cansancio ni la impotencia y puedan exigir y lograr lo mejor para tu país. son un país maravilloso, y exquisito en muchos sentidos. que la vida les de la sabiduría y la acción necesaria para no perderse en éstas sombras voraces.
namasté
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Que todos los dioses te oigan, querida, muchas gracias
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