«[…] Pronto, ¡pronto! Que unidos, enlazados,
boca rota de amor y alma mordida,
el tiempo nos encuentre destrozados».
Estos tres versos finales pertenecen al «Soneto de la guirnalda de las rosas» de Federico García Lorca. El poema fue desconocido por décadas y dado a conocer apenas hace unos 30 años, como parte de los Sonetos del amor oscuro, en los que el poeta asume su preferencia homosexual. Da click aquí para ir a los demás poemas de la serie, publicados por Lumen.
Me alucina cómo hace plástico el aturdimiento, la indefensión que provoca el amor.
¿Amor oscuro? PorDió.
palabras a flor de piel 
Quiero llorar mi pena y te lo digo
para que tú me quieras y me llores
en un anochecer de ruiseñores
con un puñal, con besos y contigo.
Y aún escucho que Lorca está sobrevalorado…
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Contesto ligeramente tarde a tu comentario, querido Gonzalo, nadamás con unos cinco meses de retraso porque en su momento no lo vi. Discúlpame. Ya me esperaba ese soneto en tus palabras.
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Lo suponía, porque siempre tienes la gentileza de contestar. De paso, he comprobado que mi gusto apuntando versos no debe ser del todo malo.
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En cuanto a tu buen gusto poético añado: si fuera millonaria te contraría como asesor y te pondría avión privado e isla particular. Ay, esa vida paralela en la que sueño.
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Pues si tu status económico mejora, yo me conformo con un barracón prefabricado en medio de ninguna parte. Salgo barato.
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Sí, eso dicen todos los hombres, pero cuando se trata de la vida real y ven que no soy hija de ningún jeque árabe, salen corriendo.
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Qué mal concepto tienes del sexo débil…
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Touché, maestro.
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Maravillosos libros de Federico.
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Es de mis poetas favoritos, tenía una musicalidad de veras fuera de serie.
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Supongo que lo de amor oscuro puede permitírsele por su situación personal; el amor, como sabemos, es más que luminoso.
Abrazos con precauciones.
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Claro, justo por eso me pregunto si hay un amor oscuro como tal. Creo que no, aunque la pasión a veces viva en el corazón de la tiniebla (¿por qué me suena esto último?). No sé…
Abrazos desaforados. Total.
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