
Regreso a García Lorca como se vuelve a un sabor familiar.
Me topo con este soneto que no recuerdo haber leído antes. Mejor: me topo con este soneto en el que no me había encontrado antes, con el ruego, con la brusquedad de pedir que no se acabe nunca este amor de ruiseñores, “con un puñal, con besos y contigo”, que no se agote “la madeja / del te quiero me quieres, siempre ardida”.
Si nos reservamos algo, amor, la muerte va a borrar hasta la sombra.
Sea el #MiércolesDePoesía.
El poeta dice la verdad
Quiero llorar mi pena y te lo digo
para que tú me quieras y me llores
en un anochecer de ruiseñores,
con un puñal, con besos y contigo.
Quiero matar al único testigo
para el asesinato de mis flores
y convertir mi llanto y mis sudores
en eterno montón de duro trigo.
Que no se acabe nunca la madeja
del te quiero me quieres, siempre ardida
con decrépito sol y luna vieja.
Que lo que no me des y no te pida
será para la muerte, que no deja
ni sombra por la carne estremecida.