No evito el lugar común de tomarme una caipirinha en mi primera hora en Copacabana, igual que mi adolescenta futbolera tampoco evita jugar futbol en la arena y pedirme que le tome fotos frente a la portería. De lugares comunes estamos hechos. La novedad es que en el restaurantito playero donde bebo el licor deSigue leyendo «Mensaje en un sobre de azúcar»