No evito el lugar común de tomarme una caipirinha en mi primera hora en Copacabana, igual que mi adolescenta futbolera tampoco evita jugar futbol en la arena y pedirme que le tome fotos frente a la portería. De lugares comunes estamos hechos. La novedad es que en el restaurantito playero donde bebo el licor de cachaça hay un recipiente con sobres de azúcar «inspiracionales», es decir, mensajes positivos cualquier-cosa-que-eso-signifique. El primero que tomo dice «Viva intensamente». Qué fácil obedezco.
querida cada que leo de tus viajes tengo más y más envidia hacia ti, seguro que no estas adoptando a un espíritu viajero?
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O él me adoptó a mí!!!
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ojalá que tengo un hermano gemelo y me adopte a mí
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