Hay otro periodista asesinado. Y otras cuatro mujeres, también asesinadas. En México no son nuevas ni las muertes de comunicadores ni las de mujeres. En realidad, no son nuevas las muertes. Todos nos sabemos ciudadanos desechables en un estado (con minúscula) fallido, fallado, fracasado. Esta vez, el periodista había huido de Veracruz por amenazas delSigue leyendo «#LunesDeMonos El país de los daños colaterales»