CUANDO LA FAMILIA ES COMO UN ÁCIDO

Durante siglos el hogar fue el único espacio donde las mujeres pudimos crecer, relacionarnos. Ahí se educaba, disciplinaba y protegía (léase, controlaba) a los menores de edad de la familia, es decir, infancias + sexo femenino. Se establecieron dinámicas de abusos recibidos y cometidos, porque toda víctima suele volverse victimaria. Aunque muchas nos movemos hoySigue leyendo «CUANDO LA FAMILIA ES COMO UN ÁCIDO»

LA EXTRAÑEZA ANTE LO INDECIBLE

Daniel se suicidó. Su madre era Piedad. Mejor: sigue siendo su madre, la sobreviviente, la que no quiso ocultar la enfermedad mental del hijo ni eufemizar el salto al vacío y la rotura de tanto más que un cuerpo, la misma cuyo susurro pregunta: “¿En qué pupila / quedaste tú grabado para siempre // aúnSigue leyendo «LA EXTRAÑEZA ANTE LO INDECIBLE»