Durante siglos, leer fue un acto social, realizado en voz alta. Hasta al menos el siglo XVI, la lectura a solas y en silencio no fue común en Europa, tanto, que en el siglo IV a san Agustín le sorprendía de Ambrosio, obispo de Milán, que «cuando leía, sus ojos recorrían las páginas del libroSigue leyendo «Por qué en países católicos y protestantes se lee «distinto»»