Voy a tomar un avión. Para tener una conversación intensa, de altos vuelos (literales y metafóricos), invité a venir conmigo a Silvia Molloy. A esta autora argentina que recién publicó su novela En breve cárcel en el Fondo de Cultura Económica me la presentó Ricardo Pigilia, a través de la colección Serie del recienvenido. Ella, muy amable y de buenos modales, aceptó venir conmigo, así que aquí estamos, conociéndonos.
En apenas unos minutos ya me tiene boquiabierta con instantáneas como esta: «La historia que pretende narrar se ha alterado. La alteraron el llamado de la mujer que hoy ya no vendrá y los menudos hechos que pueblan el intervalo, que separan ese llamado de esta frase. Escribía con furia y curiosidad; ahora escribe porque no sabe qué hacer…».

A Sylvia Molloy la conozco «de nombre» solamente. Aquí, los sábados, se publica una revista literaria bastante interesante (aunque le falta pluralidad para mi gusto) y allí he leído algún artículo sobre ella. El fragmento que citas es notable, supongo que la compañía fue interesante.
Piglia, hace poco más de un mes, dictó cuatro clases por T.V. tituladas «Escenas de la novela argentina», las cuales pueden verse en Youtube.
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Lo fue, sin duda. Curiosamente ahora que estoy leyendo el estudio crítico sobre Borges aparece Molloy como especialista en el «entrañable viejito», interesante conocer ambas facetas de una misma pluma. Y sí, conozco la revista Ñ, me gusta muchísimo.
Abrazo
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