Libros que cobran vida

 

Así lo imaginé de niña y se ve que no fui la única: de noche, en la biblioteca de casa (o la librería, en este caso) los libros juegan, se prestan personajes, dialogan, ensayan nuevas portadas, bailan, cambian de idioma, se ríen de sus finales y los intercambian. En toda justicia podría demandar por plagio al creador de este hermoso video libresco pero es domingo, estoy feliz y no me da la gana. Como soy un alma noble, mejor lo comparto aquí…

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

15 comentarios sobre “Libros que cobran vida

  1. Mientras una sola mente quede abierta a la deliciosa creación de mundos paralelos este nuestro en el que vivimos seguirá siendo el vergel de la ilusión y la semilla de los múltiples futuros ardientes y luminosos…incluso los de una niña pequeña de grandes ojos, ansiosa mirada y corazón alegre.
    Feliz domingo,
    Rafael

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  2. O sea que desde chiquilla, drogas duras 😉 Yo nunca tuve estas fantasías a decir verdad, lo que sí eran las muñecas esas de porcelana en plan Chucky. O la casa que desaparecía en cuanto cerraba los ojos que no sabía yo si tenía alguna relación con la luz dentro del frigo. Lo que sí es que escuchaba las voces de los escritores. Y ha habido libros que, al terminarlos, me he sentido como si me echaran de un lugar de donde no quería marcharme.

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    1. Yo no he escuchado las voces de los escritores, para que veas que ambos andábamos en «drogas duras»! Y sí, a veces duele muchísimo terminar un libro que se ha disfrutado mucho, despedirse de los personajes, volver a la realidad. Aunque lo vuelvas a leer ya no habrá la misma sorpresa…

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  3. Qué bueno poder sacar a tus personajes preferidos de diferentes historias; situarlos en los escenarios que nos marcaron, a los que soñamos ir; entretejer las tramas que nos deleitaron o nos hicieron sufrir; conversar con los autores que nos han hecho vibrar o incluso maldecir…

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  4. Muy simpático el video. Mis libros ahora tienen una habitación sólo para ellos, pero hace años en otra casa con menos espacio, dormían a mi lado en las estanterías (o digamos que invadí la biblioteca con mi cama). Puedo decirte que dormía feliz y me sentía seguro allí rodeado por su presencia.

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    1. Borges decía que no podía dormir si no estaba rodeado de libros, así te pasa, por lo que veo. A mí me gusta tener libros a la mano, por lo que en mi cuarto siempre he tenido un librero con los que están pendientes de lectura y los de cabecera. Lo disfruto mucho.

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