Ni a Dios le miento tanto

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«[…] mentir es de gente de razón y lo hacemos generosamente y a diestra y siniestra, pero a nadie —ni a Dios, que está ahí para ser ofendido casi por lo que sea— se le miente con tanto garbo como a uno mismo».

Esta verdad como un templo, expresión de mi queridísimo Triste Sina, es un fragmento de Vidas perpendiculares (Anagrama), genial novela del mexicano Álvaro Enrigue sobre un hombre que recuerda todas sus reencarnaciones. Sí, como un templo: ni a Dios le he mentido tanto, aunque voy aprendiendo a decirme más verdades. Pues el mismo Enrigue que me desnuda en esas líneas acaba de ganar el Premio Herralde de Novela. Entre 476 participantes, se llevó los 18 mil euros con una novela situada en el siglo XVI, cuyos protagonistas son Quevedo y Caravaggio. He dicho ya que soy anacrónica, que los siglos XVI y XVII son mi pasión, de manera que la trama parece hecha para mí. Espero que después de leerla no acabe, también, desnuda.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

10 comentarios sobre “Ni a Dios le miento tanto

  1. El próximo ganador del Herralde seré yo. Y quiero post en lo de Danioska.
    (Perdón, pero hoy tengo un día en que si me pongo a hablar en serio me voy a convertir en el Hannibal Lecter de los comentarios).
    Estupenda la cita.

    P.D.: Lo del Herralde no lo des por descontado…
    Cariños decentemente vestidos.

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    1. Ni por un segundo lo daría por descontado, amigo mío, ni tú des por descontado que cuando eso suceda tendrás el post más envuelto en aplausos de cuantos hayan existido y existirán.
      Abrazo

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  2. Este espacio tuyo,al cual nos invitas sutilmente con cantos de sirena,es un pozo,un oasis en el desierto de la Web,poblada por tantas soledades. Omienzo a comprender un poco que muchas de nuestras necesidades fundamentales encuentran ecos por estos lares.Es una constatación y análisis que puede facilmente ser demolido por la fuerza de la lógica,pero,quizás no con la fuerza de nuestra esencia afectiva. Un beso,y grachias por estar y poner hitos en nuestras vías Danioska!

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    1. Pues si resulta así, querido, será porque yo misma busco expresar mis propias necesidades, mis dolores y alegrías, en una suerte de diario íntimo-con-cómplices. Un abrazo y gracias por ese guiño amistoso de seguir pasando por estos lares…

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  3. En verdad como un templo Danioska y en efecto al encontramos ya desnudas frente a nosotros mismos, esa mentira se nos revela haciendo impostergable el enfrentarnos con nuestra realidad. Gracias justo hoy esa reflexión me hacia falta. Un abrazo

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  4. Me encanta el fragmento del señor Enrigue pero no creo que vaya yo a leer esto y te digo el porqué: me recuerda demasiado a «todos los hombres son mortales» de Simone De Beauvoir que dio una enorme contribución a mi descenso en el Infierno (casualmente otro libro de la francesa desató un ataque de pánico… ¡en fin! uterino que es uno).
    Que hagas referencia a mis parlares, muy influenciados por nuestro «vernaculario» (mi alma de folklórica reclama su lugar bajo el sol) me emociona muy-mucho. Besos pa’ ti.

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