Inquietantes preguntas de cama

Screen shot 2013-10-21 at 9.59.40 AM
Ilustración: Julia Suits

Entre sábanas, cuando la piel está delgada, los amantes plantean preguntas que hacen eco en las entrañas. Ahí está la clásica «tú y yo, ¿qué somos?», la cual suele activar las defensas en anuncio de guerra, o el «¿me quieres?», que más valdría no formular porque a priori se sabe la respuesta. Las del cartón resumen muchos cuestionamientos de cama, es decir que concentran buen parte de la historia sexual humana: «¿esto es el principio de algo, el fin de algo o el algo en sí mismo?».

Que cada quien se las plantee y se las conteste. Aquí va mi respuesta: es una parte del gran algo que tengo con él.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

9 comentarios sobre “Inquietantes preguntas de cama

  1. Para qué preguntar, y si preguntan para qué responder si no es lo que el otro quiere oir, te quedas sin el momento, y el momento por si mismo ya vale la pena un silencio o una mentirijilla.

    Me gusta

    1. Pues sí, es que la bendita manía de saber «la verdad» da al traste con muchas buenas iniciativas (o momentos). Voto porque calmemos esas ansias veraces y apuremos a fondo cada instante, sin preguntas ni inquietudes.

      Me gusta

  2. Me gusta porque eres sutil como un colibrí. Decir: «Aquí va mi respuesta: es una parte del gran algo que tengo con él.» Es decir nada y decir todo. Es dejar la puerta entreabierta pero no tanto… Brillante, como siempre.

    Me gusta

  3. ufff… creo que muy pocas veces me he hecho esas preguntas… y si en alguna ocasión me ha ocurrido, creo que la respuesta esta clara… no habrá muchas noches mas como esta, no encuentro mejor momento para amar a alguien a quien AMAS de verdad… llegar a este momento sin saber quien eres o que es lo que estas viviendo con Ella… es aterrador… pero si el sentimiento es reciproco es MARAVILLOSO… y realmente que preferimos… EL TERROR… O UNA MARAVILLA…?

    Me gusta

    1. Preferible vivir a fondo la experiencia amatoria a quedarse con «qué hubiera pasado si»: hace correr la sangre, renueva la certeza de estar vivos, explica el mundo. Y aunque a veces transfigura de placer y plenitud, otras puede dejar adolorido el cuerpo. Con todo, vale la pena. Viene al caso una frase que leí al paso, no sé de quién es: «Vivir de manera segura es peligroso». Sí, mejor arriesgar.

      Me gusta

Replica a danioska Cancelar la respuesta