Carajo, no lo había pensado: «En nuestras computadoras, teléfonos celulares y coches trazamos una ruta no de A a B sino de nosotros mismos (‘mi ubicación’) al lugar que escojamos; todas las distancias se miden desde el punto en que nos encontramos y, cuando viajamos, nosotros mismos aparecemos en el mapa, querámoslo o no», dice Simon Garfield en su libro En el mapa. De cómo el mundo adquirió su aspecto (Taurus).
Es cierto, cuando tomo mi celular y le «pregunto» a Google Maps cómo llegar a tal lugar, la aplicación parte del principio de que yo estoy en el centro, que soy punto de partida absoluto y el mundo gira en torno a mí. Es decir, corrobora que los demás son menos importantes que yo, apenas un incidente molesto en mi camino. Luego por qué ando (y andamos) con el ego tan desbordado.
Mi estimada Julia. Difiero con lo que mencionas en tu segundo párrafo. Un saludo. 🙂
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Me gusta la diferencia! Cuál es tu postura sobre el tema que menciono?
Abrazo
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Considero que en tu exposición hay, más que una observación, una equívoca intención. Las aplicaciones de geolocalización que, como Google Maps utilizan el sistema de posicionamiento global (GPS), están orientadas a objetos y no a personas. Ubican no sólo a los celuares sino a cualquier dispositivo que emita una señal que pueda ser traducida a las coordenadas de su posición (latitud y longitud). Por lo anterior, la aplicación de tu teléfono no parte del principio de que «tú estás en el centro y de que el mundo gira en torno a ti corroborando que los demás son menos importantes que tú», simplemente parte de su propia ubicación como coordenada de referencia inicial para poder trazar una ruta hacia el destino que le indiques, mismo que no es más que otra coordenada. Por lo tanto, nadie está involucrado en ningún momento en forma alguna. 🙂 Un abrazo para ti.
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Entiendo el punto que planteas y coincido: no es que Google Maps tenga (u ofrezca) una postura filosófica, es una cuestión de satélites y señales. Es decir, se trata de un hecho objetivo, puntual. Sólo me permito ampliar un poco a qué me refiero: de manera metafórica, su funcionamiento subraya el egocentrismo tan definitorio de nuestra cultura. Antes, cuando una persona leía un mapa cualquiera todos los puntos eran igual de relevantes, no había una jerarquización. Es decir, estirando la metáfora puede pensarse que los mapas son «democráticos». En cambio, el GPS impone una sola perspectiva, la mía, porque yo soy el punto de partida y lo demás se supedita a mí. ¿No es coincidente con la radicalización de los fanatismos, donde todo lo que no es igual a mí está mal, es falso, es una secta o un peligro?
Abrazo fuerte y gracias. Disentir obliga al otro a revisar sus posiciones y, como en este caso, quizá a moderarlas.
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Un millón de gracias! ¡Acabas de darme el antídoto para la astenia primaveral! Corro a conectarme hasta que se agote la batería. 🙂
Un abrazo agradecido 🙂
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=)
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…apenas un incidente molesto…., muy bueno y para hacer pensar. Un saludo.
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Saludos de domingo, gracias por pasar…
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A ti por estar ahí.
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Al aire por la posibilidad de conectarnos.
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No solo eres el centro del universo,sino que encima mira, tienes una tienda de Lis Putón bien cerca 🙂 para que quien sea te lo demuestre comprando algo bien caro, en esa tienda hasta una goma de hacer coletas es hipermegacara.
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Je, no es «mi» ubicación, querido, es decir, no vivo ahí. Estuve en esa zona en la mañana y guardé la imagen, misma que usé en el post. Y además tienes toda la razón: en la tienda LV hasta el aire es caro.
Beso
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