El pelotón de fusilamiento le agujereó el traje y, con él, la carne, pero no se murió. Es decir, hoy hace 80 años empezó a morirse pero todavía no termina la labor minuciosa. Como dijo alguna vez Gonzalo Rojas: «Los poetas no se mueren. Quedan encantados«. Algo así con Federico García Lorca, el poeta de la música, el músico de los versos, el que dicen que afirmó: «Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que pudieran juntarse y que forman algo así como un misterio».
Lleva 80 años muriéndose y le faltan muchos más.
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Alguien escribió que mientras haya libros no existe el pasado. La figura de Federico, como osamos llamarlo aquí, superó con creces el plano literario. Tal vez porque el quiso hacer de todo literatura y con todo literatura, lo cual no es mala política cuando lo demás acompaña. Tal vez algún día…
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Encantado, duende de las palabras Hechizos para hechizarnos y dejarnos así, prendidos a sus poemas. Siempre.
Abrazote 🙂
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Tal cual, querida, porque sus poemas son más frescos que el periódico de hoy.
Abrazos.
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