«El poema nace con su gestación, al igual que en el Tao la gestación es ya el nacimiento del ser humano».
Lo dijo el poeta español José Ángel Valente. Sí, la sinapsis creativa del verso ocurre casi sin que el autor se entere y luego de un tiempo brota de pronto, bien formado o con taras congénitas, insalvables. Añado: una vez parido, igual que un niño sigue cambiando, ajustando su rostro.
Me encanta la imagen del poema como ser vivo y con ella convoco a Valente a darle tono a este #MiércolesDePoesía. El poema suyo que copio a continuación es ligero y etéreo. Así nació. Alude al deseo de que unos versos sean la palabra intocable que muchos necesitamos, pero no conocemos.
Un canto
«Quisiera un canto
que hiciera estallar en cien palabras ciegas
la palabra intocable.
Un canto.
Mas nunca la palabra como ídolo obeso,
alimentado
de ideas que lo fueron y carcome la lluvia.
La explosión de un silencio.
Un canto nuevo, mío, de mi prójimo,
del adolescente sin palabras que espera ser
nombrado,
de la mujer cuyo deseo sube
en borbotón sangriento a la pálida frente,
de éste que me acusa silencioso,
que silenciosamente me combate,
porque acaso no ignora
que una sola palabra bastaría
para arrasar el mundo,
para extinguir el odio
y arrasarnos…».
José Ángel Valente, «Un canto», La memoria y los signos en Punto cero. (Poesía 1953-1979), Seix Barral
:X
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Vuelvo a casa con el mejor recibimiento: un montón de poemas que me esperan.
Abrazos gigantes, querida Julia.
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Aprovecha, querida, a fondo. Abrazos enormes.
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