“El aceite es un agua con caderas, un agua impura que conoce el deseo, el tiempo y la muerte. En lugar de avanzar fluido y sin problemas como el agua, el aceite se insinúa y se contonea. Mientras el agua, franca y anárquica, simplona y monótona, libera el mundo de todos sus secretos, el aceiteSigue leyendo «VEINTICINCO FELICIDADES ÍNFIMAS»