En 1974, el celebrado escritor mexicano Juan Villoro fue, en Buenos Aires, a un partido de futbol: el clásico River-Boca. Un argentino se acercó a preguntarle si era verdad que en México los fanáticos de dos equipos rivales podían sentarse en la misma tribuna sin tener problema. «Villoro asintió: ‘En México, en esto del futbol somos bastante pacíficos’, explicó. ‘Uy, pero qué degenerados’, respondió el argentino».
Esto lo recuerda Diego Erlan en la revista Ñ (11 de mayo, 2013) y más allá del chiste, traigo a cuento el asunto por la derrota de anoche de la Selección Mexicana contra el equipo de Honduras. No sé de futbol y asumo que no me interesa el tema, pero ahora que está en riesgo «nuestra» participación en el Mundial pareciera que el mundo está a punto de acabarse. El ánimo general está alicaído, hay sabor de tragedia nacional, nadie habla de otra cosa. Es decir, para millones poco parece importar que el país se caiga a pedazos por la violencia y la corrupción, que las marchas de maestros tengan secuestrado al D.F., que la polarización social se incline o por lincharlos con palabras o por aplaudir cualquier desmán que cometan, que con la educación esté en juego el futuro del país. Nada interesa, sólo que quizá no vayamos al Mundial. Perdón pero desde mi absoluta ignorancia deportiva esa ligereza sí me parece inmoral.
Me encanta el fútbol, y soy de River Plate,y con todo lo que me gusta y lo disfruto, tengo que reconocer que desgraciadamente, ha sido y sigue siendo un anestésico usado por los poderes de turno para silenciar y maniatar a los pueblos en su lucha. Miles de horas de tv, páginas y páginas de diarios y revistas, llenan las horas y espacios de la gente para evitar que ocupen su tiempo en reclamos y reivindicaciones de derechos.
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Tu comentario es muy puntual y acertado: mi queja no es con el fútbol en sí, sino con lo que dices, con su uso para «idiotizar» a la gente y con los millones que caen en el juego!
Gracias, tu opinión me vale mucho porque además hablas como fanática…
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De niño me gustaba jugar el futbol, ya no.
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Yo nunca le he entendido ni me ha gustado, y eso que tengo hija futbolista!
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yo tampoco lo he entendido mucho, solo le daba patadas al balon con los niños de la calle.
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=)
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Bueno, aquí se han perdido los juegos de 2020, hay dramas en todos los sitios 🙂
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Jaja, y a que hacen la misma tragedia!!
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Bueno, es la hetacombe 😀
Pero la tragedia es menor porque aquí por méritos propios solo se gana, cuando se pierde siempre es por tongo.
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Tienes toda la razón.
Hoy he estado todo el día cabreado. Todos los canales de Tv, pendientes desde muchas horas de si Madrid conseguía o no celebrar las Olimpiadas 2020. Al final he visto gente llorando, periodistas tristes y políticos apesadumbrados. Pareciese que el desempleo, la gente que no puede pagar su hipoteca, el joven que no puede independizarse, parece, repito, que todo se iba a resolver celebrando unas Olimpiadas.
¡Ya no sé que pensar, te lo juro!
Un abrazo,
Jesús
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Pues es similar la cerradez de no ver más allá de la nariz! Te entiendo y sí, enoja y frustra…
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Así es.
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Iba a escribir un comentario muy parecido. De hecho, ayer mismo escribí un post sobre los Juegos. Así que hago mías tus palabras. Sólo añadiré: ¿Este post es sobre México o sobre España?. Abrazos deportivos!
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Sobre México, jaja!!
Abrazo fuerte
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Gracias, Benjamin, por visitar mi blog.
Realmente, creo que en muchos países, pasa algo parecido,
pero el asunto de las Olimpiadas, como me toca más de cerca, es lo que ayer me tenía cabreado.
Y que conste que soy un amante del deporte, pero creo que se lleva a unos extremos inconcebibles.
Un abrazo fuerte desde Canarias,
Jesús
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resulta que la obra 22 contra un balón, no siempre sale de acuerdo al guión, pero nadie nos dijo que la mitad de los actores se revelarían contra lo ya escrito y una vez que se había levantado el telón harían de la obra lo que les viniera en gana, dejando en claro que la obra es suya y no de los que han escrito ese supuesto guión…
en cuanto a lo otro, a los problemas relevantes de nuestro país, me pregunto si existe un guión y los actores se atreverán a cambiar las cosas o llegaran al final predestinado para ellos, sin importar que la obra sea tragedia o comedia pura…
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Pues la obra primera no la entiendo en realidad, a ratos me parece absurda la enorme expectación que genera. Y en cuánto a la segunda, la del país, de momento está siendo más bien una tragedia. Ojalá actores o director tengan ganas de convertirla en otra cosa…
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Es un error decir, creo, el que para millones nada interesa, excepto que “nuestra” participación en el Mundial está en riesgo, como si todos vivieran preocupados todos los días por ese tema. Hay que considerar que es una “noticia nueva”, más si sólo se piensa en el partido contra Honduras y no en todo el proceso, y toda “noticia nueva” conlleva una explosión de comentarios. Twitter y sus Trending Topics son la mejor muestra de eso.
Así, fácilmente se explica el que un día después el “ánimo general está alicaído, hay sabor de tragedia nacional, [y] nadie habla de otra cosa.”
Son pocos los aficionados (al menos en México), casi nadie, que pasados los 90 minutos no sepan, como dijo Jorge Valdano, que “el fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes.»
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Me encanta la frase con la que cierras: si el futbol es «lo más importante entre lo menos importante» entonces no tengo tema. Por supuesto que el post fue motivado por la lluvia de comentarios al respecto de la derrota y es que suele llamarme la atención que parezca ser lo más importante de lo importante. Con ese matiz que aportas no digo nada más.
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