Abro un libro de hace tiempo y encuentro la dedicatoria de quien en su momento me lo regaló y a quien amé eternamente durante unos años. Entre las hojas está la nota amarillenta de una cena que compartimos. Es como si el aserrín de esa historia se hubiera sedimentado entre las páginas, como si instantáneas de quienes fuimos bailaran entre renglones. Es una más de las razones por las que amo los libros, como bien lo plantea Agustina Guerrero en este cartón: «Descubrir dedicatorias… Encontrar cosas (además de historias)». Congelan los mejores y los peores días.
Buen #LunesDeHumor.
palabras a flor de piel 
no sé cómo está la cosa con los libros en méxico y las nuevas generaciones pero en cuba no se está leyendo y peor aún: el libro y el hábito de lectura se está convirtiendo en un motivo de burla entre adolescentes y ya es sabido la influencia del grupo en esas edades… y respecto al post: no voy a decir lo que he encontrado dentro de libros!!!… jejeje…
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Estamos de acuerdo en que la lectura está pasando por una reconfiguración, pero al mismo tiempo en el mundo la tendencia es que los jóvenes están leyendo en dispositivos digitales. En fin, esperemos que las aguas se acomoden de modo que los chicos se acerquen a la lectura, impresa o digital. Y en cuanto a lo que has encontrado, platica, no seas reservado.
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pero los dispositivos móviles hace que se escriba con muchas faltas de ortografía a fin de ahorrar caracteres… dentro de un libro: vivía yo las penas de un amor perdido… abrí un libro y encontré un «te amo» que allí habían dejado escrito para que yo lo leyera… en otro momento, por supuesto… fue doloroso…
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«A quien amé eternamente durante unos años», siempre brillante mi querida amiga, el aplausómetro está al rojo vivo. Yo suelo coleccionar (o solía, digamos que suspendí la colección hasta nuevo aviso) lo que encuentro dentro de los libros, tanto si los compro como si no. Unos de mis placeres es recorrer o visitar librerías «de viejo» y allí a veces nos encontramos con infinidad de papeles varios dentro de esas páginas olvidadas. Como suelo tocar muchos libros en esos sitios, suelo irme con algunos regalos extra. Imaginar la historia que hay detrás de esos objetos es un juego que me resulta interesante.
Abrazos eternos, de verdad.
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Ya veo que lo de husmear en libros es privilegio compartido, querido, lo cual me lleva a pensar en la de cosas que tendrás por contar de esas aventuras en librerías de viejo. Dirías tú: me relamo los bigotes anticipando esa(s) entrada(s).
Abrazos que estiran la eternidad
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