El hecho de que alguien haya muerto no significa que no exista: Julian Barnes

Imagen: Arte de sombra de Kumi Yamashita. http://www.kumiyamashita.com/portfolio/building-blocks/
Imagen: Arte de sombra de Kumi Yamashita.
http://www.kumiyamashita.com/portfolio/building-blocks/

El dolor infinito de perder a alguien. No. No a alguien sino a la persona que le da sentido a quien eres y sin la cual no te interesa cómo se organiza el mundo. “Te preguntas: ¿en qué medida, en este torbellino de añoranza, la añoro a ella o añoro la vida que tuvimos juntos, o añoro lo que en ella me hacía ser más yo mismo, o el simple compañerismo o el (no tan simple) amor, o todo esto o pedazos superpuestos de cada cosa? Te preguntas: ¿qué felicidad hay en el solo recuerdo de la felicidad?”.

En el tercer capítulo de Niveles de vida (Anagrama), el escritor mayúsculo que es Julian Barnes enfrenta con palabras la desesperanza por la muerte de su mujer. Se desboca en el dolor y recuerda ese texto igualmente poderoso de C. S. Lewis: Una pena observada. Así escribe párrafos descarnados, de una belleza que corta como un cuchillo dulce: “Es lo que muchas veces no comprenden los que no han cruzado el trópico del duelo: el hecho de que alguien haya muerto puede significar que no está vivo, pero no significa que no exista. Hablo con ella continuamente. Es algo tan normal como necesario. Le comento lo que estoy haciendo (o lo que he hecho durante el día); le señalo cosas mientras conduzco; articulo sus respuestas”.

La forma de Barnes de poner en claro el duelo ha hecho que en la calle lo detenga gente para agradecerle de manera personal el libro. Es que sin duda sacude, no hay forma de quedar indiferente ante el torrente verbal que arrastra piedras, tierra, basura. Sigo leyendo. Cuenta cómo, ante tanto dolor, pensó matarse, pero luego cambió de opinión: “Llevó su tiempo, pero recuerdo el momento —mejor dicho, el argumento que brota de repente— que hizo menos probable que me suicidase. Comprendí que, en la medida en que mi mujer estaba viva, lo estaba en mi memoria. Claro que también pervivía intensamente en la mente de otras personas; pero yo era quien más la rememoraba. Si ella estaba en algún sitiio, era dentro de mí, interiorizada. Esto era normal. Y era igualmente normal —e irrefutable— que no podía matarme porque entonces también la mataría a ella. Moriría por segunda vez, y mis luminosos recuerdos de ella se perderían en la bañera enrojecida”.

Qué hago ahora con esta imagen brutal: el escritor no puede suicidarse porque es él, el amante, quien mantiene vivo el recuerdo de la mujer que amó. Me parte en dos. No puedo seguir leyendo.

(Originalmente publicado en mi blog Deli(b)rios del sitio web de SoHo).

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

11 comentarios sobre “El hecho de que alguien haya muerto no significa que no exista: Julian Barnes

  1. Mujer, qué texto o, mejor dicho: Qué textos, porque el tuyo no es menor. Cuando leo algo como esto siempre viene a mi memoria una frase que leí hace mucho, mucho tiempo pero que mi mente se apresura a poner delante de mis ojos sin que yo pueda evitarlo (debe hacerlo, seguramente, para protegerme), ea frase es «no hay color para el luto». Ese «No hay color para el luto» significa, claro está, que ante dolores tan intensos no podemos hacer nada, no podemos vestirnos de ninguna manera para expresar lo que llevamos dentro; el luto nos desnuda. Cada vez que leo algo como esto mi mente se apresura a poner esa frase frente a mí y me dice que no hay nada que pueda agregarse a lo ya expuesto; el luto nos desnuda y, al menos a mí, también me enmudece.

    Abrazos.

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  2. Hola de nuevo, Danioska.
    Te lo tengo que robar. En esta ocasión para mantener en la memoria a una persona que me hizo ser quien soy. Gracias a ella leo y apunto unos garabatos de vez en cuando, mi abuela. El día 13 es su santo y su cumpleaños. Programo esta «compartición» para esa fecha.
    Abrazo de nuevo, mujer.

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    1. Me encanta que el texto te sirva para recordarla, como a mí me trajo al cuerpo y a la memoria a mi papá. El libro de Barnes es de verás espléndido, si tienes chance de leerlo, sobre todo esa tercera parte, sé que la vas a disfrutar.
      Abrazo!

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  3. Estoy de acuerdo con Barnes y contigo. No temo a la muerte, tan sólo temo al olvido.
    En mi blog tengo un ensayo sobre el tema. Saludos, me encantó leerte Daniela.

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