En el siglo I antes de Cristo, Tito Lucrecio Caro se aventó la puntada de decir que la mujer tiene placer sexual. Es decir, el hecho de que busque el sexo no sólo obedece a un impulso natural: lo puede disfrutar. Las religiones y la ciencia tardaron muchos siglos en aceptar eso que Lucrecio no puso en duda, tremendamente adelantado aSigue leyendo ««Compartido es el placer»»