A veces pasa: el día no amanece como esperamos, nos asesta un golpe de frío, el té no sabe tan rico, el zapato aprieta un poco más. Entonces pedimos ayuda a algún poeta y de su mano recorremos un mundo alterno, poblado de voces de colores en las que pasar el tiempo…
«Hemos dicho palabras,/
palabras para despertar muertos,/
palabras para hacer un fuego,/
palabras donde poder sentarnos y sonreír.//
[…]
Hemos inventado nuevos nombres/
para el vino y para la risa […]»
Alejandra Pizarnik, «Cenizas», Las aventuras perdidas
Así yo, hoy.
Por fortuna siempre hay un poeta a mano dispuesto a mejorarnos el día. Aunque a veces Bukowski está tan presente que necesitaríamos una antología. Aun así, habría que darles las gracias todas las mañanas.
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Para visiones crudas y descarnadas a veces basta la vida cotidiana, así que no soy muy asidua al universo bukowskiano. En fin, lo cierto es que sí: hay que agradecer a los poetas como arregladores de días.
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Yo me refería a los días-Bukowski, no al Bukowski escritor. Por eso dije que a veces necesitaríamos un antología. Sigamos dando gracias.
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Ya entiendo. Pues de acuerdo en todo, entonces…
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Ella Alejandra que siempre inspira y le recita al alama de forma tan hermosa y para algunos cruel. Un beso querida
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Es una gran poeta, me atrae la fuerza de sus palabras, sus imágenes, su dureza, su vida oscura, su final por propia mano… Qué te digo, me encanta.
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Estoy contigo sobre Pizarnik, hoy he descubierto este chiquillo y creo que os presentaré a través de la loca de las antípodas. http://wp.me/p3NpZA-1s
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Gracias por presentarme, querido. Es una maravilla de entrada y un personaje magnífico, que me huele a palabras de todos los sabores. Graciasssss
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