
A través de su avatar @elhombredetweed, el escritor mexicano Mauricio Montiel tuiteó hoy, Día del niño en México, fotos de 26 escritores internacionales cuando eran pequeños. Las vi llevada por la curiosidad, también por divertimento e incluso como recordatorio de que esas enormes plumas un día fueron niños fascinados con una pelota (a partir de ahora tendré más respeto a las pelotas).
Aquí comparto algunas pero recomiendo seguir en twitter la cuenta @elhombredetweed, para verlas todas. De todas formas, no hay desperdicio: si las fotos no les gustan vale la pena seguir a Montiel.





Qué sensual Yourcenar, guao!!! Y a esa edad. Gran elección como entrada.
Gracias, amor.
Enviado desde mi iPhone
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Besos
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Cortázar nunca dejó de ser un niño.
Gracias por compartir.
Un fuerte abrazo.
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Tienes razón. En el fondo, quizá ninguno de ellos dejó de asombrarse ante lo cotidiano, de preguntarse todo, de soñar despierto.
Abrazo
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seguro nos ha llevado a hurgar en nuestras fotos, aunque no somos escritores, la curiosidad de vernos y asombrarnos con lo que fuimos y somos es enorme… un beso querida
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Pues confieso que no lo había hecho pero ya que lo sugieres me dieron ganas de asomarme a las fotos de esa niña. Ahora vuelvo…
Abrazo
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abrazo… y si alguna es para compartir, pues bienvenida
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Cortázar era un pan de Dios, ¡divino!
Saludos, Danioska.
Y felicidades a esa niña que aún llevas dentro.
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Sí, estaba lindo! Gracias, abrazo para ti
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Más allá del encanto de cada una de estas fotos, las dos que abren y cierran el post son fantásticas. ¡Esos ojos de Yourcenar! (los ojos son lo único que no envejece con el paso del tiempo; sólo lo hacen en su calidad, no es su aspecto físico). La de Julio más parece profecía.
Cariños.
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Sí, los ojos de Yourcenar son dignos de un poema (o varios), la foto es bellísima.
Por otro lado, quién le iba a decir a la alegre Plath-niña que años más tarde se le borraría la sonrisa, ¿no?
Abrazo
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Es cierto lo que dices sobre Sylvia Plath, hace poco (y a raíz de ese cruce de ideas que tuvimos con respecto a los escritores suicidas), encontré una foto de Sylvia ya muerta, recostada sobre la tapa del horno y con medio cuerpo dentro de él; por eso «pasé de largo» por su foto, no deja de conmoverme la imagen de su muerte.
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Sí, creo que sé a qué imagen te refieres. Al menos conozco una que coincide con tu descripción, tremenda. Imaginar que ella estaba ahí mientras sus hijos jugaban en el piso de arriba es estremecedor.
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