«Cuando llegué a Estados Unidos perdí el español y de adulto dediqué un gran esfuerzo a intentar recuperarlo […] Para mí, hablar bien español ha sido una obsesión pero lo cierto es que mi español es mediocre, cosa que genera en mí un enorme sentimiento de culpa. Por otra parte, cuando hablo español soy otro, mi personalidad es distinta, más ligera».
Junot Díaz, en entrevista con El País Semanal (28 de abril, 2013)
Nacido en República Dominicana y llegado a Estados Unidos a los nueve años, Díaz es Premio Pulitzer y una pluma reconocida de la literatura producida hoy en inglés. También es un hombre con la sensibilidad para percibir que una lengua es mucho más que un conjunto de palabras: es un estado de ánimo, una cultura, una resonancia de siglos. Como dijo alguna vez el poeta venezolano José Antonio Ramos Sucre: «Un idioma es el universo traducido a ese idioma».
Es curioso, hace tiempo me contaba un brasileño que en su lengua no había expresión para el concepto «disfruta de tí mismo» o «enjoy yourself» (en inglés, porque estábamos en Inglaterra). Hablando de moralidades en diferentes culturas. Me parecía que venía al caso pero no sé portugués para confirmarlo de primera mano.
Un saludo.
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Estudié portugués un tiempo hace años y por desgracia no recuerdo mucho, de manera que no sabía la respuesta peeeeero, le pregunté a una amiga portuguesa de Twitter (@literariamente) y he aquí su respuesta: «Sí, es verdad. Tenemos la expresión que a veces se utiliza para traducir eso, que es ‘divirta-se’ pero literalmente es más como ‘have fun'». Muy interesante, gracias por apuntarlo…
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Julia, con tu permiso, me gustaría invitarte a ti y a tus lectores a leer mi reseña de ‘Así es como la pierdes’ http://bit.ly/18tiLS7
Un saludo transatlántico
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Buena reseña, gracias por compartirla.
Saludo desde este lado del mundo
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No conozco la obra de Junot (y no veo yo posibilidades) pero… sé muy bien de lo que habla. Parafraseando a Frost, «not only poetry gets lost in translation».
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Totalmente: al traducir, cambia la esencia de uno mismo. Me acuerdo de algo que me pasó cuando tenía como 20 años. Llevaba un par de semanas en Londres, pasándola muy bien porque estuve en un congreso de literatura y luego viajé un poco. Como contexto debo decir que aprendí inglés de pequeña, de manera que domino ese idioma y pienso en él sin problema alguno, es una lengua cuasimaterna para mí. Pues ese día llamé a mi casa en México y me dieron una mala noticia, que me hizo llorar. Al colgar, no había conmigo ningún hispanohablante y cuando mis amigos ingleses me vieron, me preguntaron qué me pasaba y demás. Obvio, les conté brevemente en inglés pero entremezclando palabras en español, algo que nunca me sucede. Entonces me dí cuenta de algo crucial: si bien puedo expresarme con total fluidez en esa lengua, no sé «llorar» en inglés, es decir, al llorar tengo que hacerlo en español, idioma en el que aprendí a hacerlo. Es algo parecido a lo que dice Junot y la cita de Frost que comentas…
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Aquí habría tela pa’ tertulia. Y ese «sé» se ha quedado cual verdad axiomática. Que miedo.
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Pues sí, hay mucha tela. Le quitamos la carga al «sé», ya está. =)
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Es normal, lo bueno es eso, que cambie el tono de voz, el lenguaje corporal, etc. A mí no me hacen gracia las mismas cosas en español que en inglés, por ejemplo.
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Claro! Algo dicho en un idioma puede sacarte una carcajada, pero al traducirlo pierde fuerza. Me parece fascinante, de verdad.
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Tiene razón hablar en ingles mi personalidad es distinta todo es muy serio en español todo es serio pero no hablo mucho pero cuando son con amigos puertoriqueños el acento me sale y hablo mas fluido que nunca no se por que pero es raro jeje
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Pues sí, lo que decíamos: un idioma es también el contexto en el que uno lo habla. Si acostumbras hablar español con amigos, entonces sin duda serás más relajado en esa lengua que en otra en la que, por ejemplo, sueles desenvolverte en el trabajo. Es fantástico cómo opera el cerebro lingüístico.
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