Coleccionar y diseccionar cuerpos, en la nueva novela de Rosa Beltrán

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Termino la reciente novela El cuerpo expuesto (Alfaguara). En una narrativa bien armada, la autora mexicana Rosa Beltrán aborda la historia de Charles Darwin en su atrevido (y blasfemo) intento por explicarse los hallazgos de su largo viaje naturalista en el Beagle, hasta llegar a la conclusión de que: «Si las  palabras del Génesis fueran ciertas, ni plantas ni animales debían haber cambiado desde que Dios las creó». La investigación que soporta el trayecto del «hombre de los ojos tristes» es cuidadosa, como siempre en Beltrán. Resulta interesantísimo el asomo a la vida del obsesivo coleccionista de fósiles, que mientras armaba su teoría del origen común de las especies enfrentaba en casa la decepción de una esposa muy creyente y, en su propio cuerpo, males y enfermedades.

Pero la trama no sólo se hunde impecablemente en el pasado, también trae las teorías naturalistas al presente, a través de la historia de un coleccionista contemporáneo que se lleva la novela. Éste reúne en un blog casos de cuerpos alterados, que comprueban el hecho de que, en la especie humana, la evolución no ha premiado a los más aptos. A partir del afán de exponer el cuerpo, modificarlo, experimentar con él y trastocarlo, este nuevo darwinista apunta: «Hemos empezado a involucionar. La civilización se acerca a la barbarie, porque los ejemplares más susceptibles de adaptarse al medio no fueron los ‘adecuados’ en el sentido en que todos lo quisimos creer, incluido el propio Darwin. Somos la prueba fehaciente de la autoindulgencia […] La especie está compuesta de seres inconformes, agresivos, entregados a estupefacientes o al terrorismo criminal. Organismos estresados, ansiosos. Animales incapaces de lograr la apacibilidad de una vaca rumiando. Seres llenos de sospechas. ¿Y qué prueba esto? Que el más apto sobrevive. Pero el menos apto también». Con su propio caso, el personaje del biólogo deja sembrada la duda sobre si está loco, lo guía la búsqueda de la verdad o se trata de un héroe. Es fascinante y convincente. Por eso mismo lamenté sentir algo flojo el final de su aventura.

El cuerpo expuesto es una gran novela, de buenos oficios literarios. No sorprende en Rosa Beltrán, investigadora y titular de la Dirección de literatura de la Universidad Nacional Autónoma de México, pero se agradece. Tuve oportunidad de ser su alumna en el posgrado en Letras en la UNAM y desde entonces persigo todo lo que escribe, porque siempre vale la pena, como este fragmento brutal que me quedo rumiando: «Los animales atacan, embisten, depredan, calculan, pero nunca manipulan. Y no hacen lo que hacen para sentirse bondadosos».

Da click aquí para ir a la entrada sobre Efectos secundarios, anterior novela de Beltrán.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

2 comentarios sobre “Coleccionar y diseccionar cuerpos, en la nueva novela de Rosa Beltrán

  1. hummm ha de ser muy rica su lectura.
    cuando me planteo de dónde nace el mal en el ser humano siempre obtengo la misma respuesta, no lo sé, pero si sé que en la naturaleza toda no hay maldad premeditada, al menos que nosotros podamos visibilizar.
    abrazo

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    1. Es lo que en el fondo plantea la novela: si el ser humano ha sobrevivido y dominado, no necesariamente es porque sea el más apto. En todo caso, más bien pareciera lo contrario… Deja muchas preguntas que inquietan y preocupan. Uno se queda con la idea de que, en efecto, algo ha fallado.
      Abrazo

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