Aunque no deberían, a veces los poetas se mueren (qué falta de empatía con sus lectores, que los necesitan). Ayer se fue sin despedirse el autor mexicano Rubén Bonifaz Nuño, de 89 años. Me produce una gran tristeza que se murieran también sus dedos. Escribían versos llenitos de aire, de música, de perfumes, como estos:
«Centímetro a centímetro
—piel, cabello, ternura, olor, palabras—
mi amor te va tocando.
Voy descubriendo a diario, convenciéndome
de que estás junto a mí; de que es posible
y cierto; que no eres,
ya, la felicidad imaginada,
sino la dicha permanente,
hallada, concretísima; el abierto
aire total en que me pierdo y gano.
Y después, qué delicia
la de ponerme lejos nuevamente.
Mirarte como antes
y llamarte ‘de usted’, para que sientas
que no es verdad que te haya conseguido;
que sigues siendo tú, la inalcanzada;
que hay muchas cosas tuyas
que no puedo tener […]».
-Rubén Bonifaz Nuño, «Centímetro a centímetro», Antología general de la poesía mexicana (Océano)
RIP el maestro Bonifaz Nuño. Gracias por compartir.
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Maestrísimo, sin duda. Y en el post no menciono su otra faceta apasionante: traductor de autores clásicos. Deja un gran hueco.
Saludos
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No conocía a Bonifaz Nuño, pero entiendo perfectamente lo que sientes. Mañana se cumplirá un año de la muerte de Wislawa Szymborska, sobre la que escribí un post que bien podría emparentarse con el tuyo.
http://borgeano.wordpress.com/2012/02/03/wislawa/
Cuando estas personas parten es inevitable sentirse un poco más solos.
Cariños.
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Szymborska, enorme poeta a quien confieso que hace muchísimo no leo. En la universidad descubrí la poesía polaca (ella y Milosz) y por un tiempo me la bebí de un trago. De ahí brinqué a la poesía rusa (Ajmátova, Esenin), la cual también tengo algo olvidada. En fin, gracias por entender la tristeza de cuando muere un poeta que uno amaba.
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