Una gota de tinta toca el papel absorbente y de inmediato crece, se extiende, devora lo blanco, impide que vuelva a ser lo que fue.
Así el deseo: en cuanto me roza se expande en todas direcciones, ensordece el resto del mundo, tenebroso. En loca carrera te vuelve sola carencia y a mí, sola deseante.
-Julia Santibáñez
Muy bello…, como la tinta…, no hay manera de detenerlo. Sólo podemos gozar de sus formas caprichosas escribiendo en alma y cuerpo las palabras que la libertad y el placer nos dictan. Para que se queden allí…, indelebles.
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Indelebles y manchantes de toda la existencia, porque vaya manera de invadirlo to’
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