El que da título a esta entrada es un textito del autor mexicano Efraín Huerta, breve y lúdico, con aires de haikú, emparentado con el epigrama y de obvias influencias greguerianas (¿o gregueriescas?). Así lo definió su creador: «El poemínimo está a la vuelta de la esquina o en la siguiente parada del Metro. Es una mariposa loca, capturada a tiempo y a tiempo sometida al rigor de la camisa de fuerza”. El poemínimo nació en 1947 pero goza de una envidiable juventud. Aquí la prueba, en edición de Verdehalago.
Distancia
Del/
Dicho/
Al/
Lecho/
Hay/
Mucho/
Trecho//
Inútil
No por/
Mucho/
Publicar/
Te consagras/
Más temprano//
Cardenalicia
Yo/
Soy/
El poder/
Detrás/
Del/
Coño//
Consejo III
Hazlo/
Bien/
Y no/
Mires/
Con/
Quién//

Qué interesante.
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Lo es, qué bueno que te guste.
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Genio. No lo conocía y lo quiero.
PS Si quiere mujeres horizontales que se vaya a Italia, parece que tienen problemas para mantenerse erguidas.
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El poeta murió hace unos 30 años, así que va a estar difícil decirle que se dé una vuelta por la bota. Por cierto, la afirmación me suena a estereotipo, ¿será?
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Hablaba de querer el libro y como he dicho, en mi inmensa ignorancia, no conocía al autor. Respecto a Italia. Uno habla de lo que conoce, tengo casa desde hace más de tres lustros y es lo que servidor ha visto. Los italianos no es que se encuentren en una escala superior. Pero ese es un país de «vizi privati e pubbliche virtù». Es lo que encuentro insoportable.
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Ni hablar, tienes una experiencia de primera mano (nunca más literal, je) y ante eso no tengo nada que añadir porque sólo conozco Italia como turista. Coincido en que la doble moral es insoportable, en cualquier idioma.
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Reblogueó esto en marian395's Blogy comentado:
Muy interesante. Ojalá pueda conseguirlo.
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Ja, ya iba a felicitarte por el hallazgo del título pensando que era tuyo… No están mal los poemínimos. Incluso como ejercicio o juego para nuestros adolescentes que ya juegan con palabras en serio.
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Me parecen muy divertidos para llegar a otra cosa. Huerta era un poeta en toda forma, pero me imagino qué bien se la pasaba escribiéndolos. Lo que dices es cierto, valdría proponerlos a los jóvenes, ya muy dueños del idioma y deseosos de jugar con él.
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Yo, en contra de la idea general que dice que «la juventud está perdida», soy muy optimista con respecto a las nuevas generaciones. Veo que si uno les dedica un poco de tiempo y de atención (lo he comprobado personalmente y creo que somos varios los que hemos compartido esa experiencia) los jóvenes disfrutan muchísimo del conocimiento, del pensamiento, del arte, de las experiencias de vida. Están ávidos de todas esas cosas que los adultos les negamos por desidia o cansancio. No debemos culparlos a ellos por nuestra torpeza.
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Tienes toda la rqzón, querido. Somos nosotros los incapaces de acercarnos con propuestas que les atraigan, lo así al menos en cuanto a mí…
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