Quisiera rajar mi corazón, meterte en él

Foto: Christian Coigny
Foto: Christian Coigny

De nuevo es miércoles, día de saborear poesía como afirmación de vida a borbotones. Hace poco, el poeta Andrés Neuman me dijo que quien piensa que en momentos de emergencia social es frívolo hablar de poesía no entiende lo que es la cultura: «No es vacaciones para la clase alta, sino un vehículo de mejor supervivencia y explicación de los fenómenos más dolorosos, incluyendo los violentos. Eso tiene una utilidad social y política, hable de lo que hable el poema». Coincido totalmente, así que aquí va un sutil poema de Ibn Hazm de Córdoba, con casi dos mil años de historia, que levanto como bandera luminosa.

«Quisiera rajar mi corazón, meterte en él, y volver a cerrar después mi pecho,

para que estuvieses allí, y no habitaras en otro, hasta el Día del Juicio y la Resurrección.

Así vivirías en mí mientras que yo existiera,

y, a mi muerte, morarías en el fondo de mi corazón

iluminando las tinieblas del sepulcro».

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

15 comentarios sobre “Quisiera rajar mi corazón, meterte en él

  1. Me adhiero tb a las palabras de Neuman. La poesía es sentimiento, es rabia, es declaración de intenciones y nace, como dices tu, de la tripa. Es buena y necesaria siempre. Habla de lo profundo del ser humano, por eso es eterna y por eso estos maravillosos versos que nos regalas son tan actuales. Besos eternos, por aquello de que nos los damos entre poetas.

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