
Para abrir esta semana infausta en la que hay que regresar al trabajo después de vacaciones, aquí va un cartón «literario». Es de Inodoro Pereyra, personaje del genial argentino Fontanarrosa. Me parece la mejor opción para aceitar este #LunesDeMonos, en el que cómo cuesta salir de la cama para ser productivos y hacer dinero. Yo suscribo el exabrupto de Inodoro.
Nota importante: Por si alguien está de veras hundido en la barbarie y no entiende el chiste: Domingo Faustino Sarmiento, político y pensador argentino del siglo XIX, escribió Facundo o Civilización o barbarie, en el que plantea el conflicto entre la «civilización» y la «barbarie», representadas por los medios urbano y rural respectivamente, y se inclina por la primera.
Y que lo digas, hoy me costó un gran trabajo despegarme de las sábanas y de los brazos de mi amada, pero uno tiene que comer 😀
Excelente semana.
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Me pasó igual: esfuerzo titánico para levantarme. Y no soy ningún Titán.
Saludos y gracias por pasar
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A mi cuerpo le faltan vitaminas. O le sobra acostumbramiento al descanso. O ambas opciones en cualquier proporción. Cualquiera fuese el diagnóstico nada mejor que una dosis de humor inteligente de la mano del Negro Fontanarrosa.
Un beso que no se quiere despedir.
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Qué terrible destino el nuestro, tener que trabajar es lamentabilísimo de verdad.
Abrazo muy solidario, querida
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Quien habrá sido feliz, el hombre prehistórico o un trabajador del siglo XIX ? un abrazo y bello dia tengas.
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El prehistórico, que no tenía que sellar tarjeta!
Abrazo para ti
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Y ahora se dice que el cerebro del prehistòrico era màs grande… y que sabía mucho mas que cualquier cientifico del presente. abrazos.
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Te digo, hay mucho que aprender de esos cavernícolas, empezando por no ir a una oficina ni tener un jefe.
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Desde Marsella y Pereira con sacudido de sábanas y el olor del incienso aún en el cuello de mis camisas, auque soy un devoto sin devociones y me animo con ver la trascendente marcha de la gente tras esos Santos de Palo que hacen la Semana Santa. Ya despierto en el corre corre, te pongo un saludo en un sobre de los que repartía Carlos Villa en mi pueblo, él era el Inodoro Pereira de mis tiempos eternos y aún está ahí en las calles por donde desfilan tantos como ellos. Abrazo.
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Pues saludos de sahumerio a ti (y a Carlos Villa también), en esta vuelta a la realidad.
Abrazo
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Ah Danioska… que cada vez te vuelves más argenta, che….!
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Ya lo sé, en muchos temas (entre ellos el humor gráfico) no lo puedo ni quiero evitar. Un abrazo para vos
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¡Vaya que estás filosa Danioska! Eso de «si alguno está hundido en la barbarie…» es maravillosamente violento. ¡Me encantó! Así me gusta verte.
Bien, una entrada sureña a más no poder. Me alegra ver al Negro Fontanarrosa aquí y al entrañable Inodoro Pereyra, un verdadero clásico de la historieta argentina. Con respecto al Facundo, creo que sería una lectura complicada –por las referencias históricas implícitas– para un lector no argentino; pero creo, también, que sería una excelente lectura para cualquier latinoamericano, ya que la dicotomía que plantea es la misma que forma la base histórica de casi todos los países de nuestro continente.
Abrazo.
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En la universidad leí algunos fragmentos del Facundo, me gustaría regresar a él y leerlo de un tirón. Espero que la vida me dé para ello, seguro aprendería un montón. Y sí, mi filón argentófilo sale una vez más a relucir…
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Bien, si veo un ejemplar (y hace poco vi uno ¿dónde?) te lo compro. Después queda de ti.
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ahh, que lindo ver por aquí a nuestro querido Fontanarrosa, y pensar que por mucho tiempo me negué a leerlo, porque «Boogie, el aceitoso» me parecía demasiado violento y apestoso, claro, en esa época, aún no cazaba las ironías.
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Sí, me encanta el Negro, tiene una ironía que desarma. Y claro, se requiere cierta malicia para captarla, alguien muy joven o ingenuo seguro no la pesca.
Un abrazo, Nélida
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