SIMULTANEAMOS TANTO. Y TAN CONTRADICTORIO.

Somos pedazos de carne que tienen más o menos armonía. Sudor, estómago, mucosidad, pupilas, sexo, lágrimas y baba unidos por la piel y su frontera, la misma que exponencia el entusiasmo. Que regula el frío. La que a veces recibe a otras pieles. El cemento de la respiración acopla ese abanico de labores, como enSigue leyendo «SIMULTANEAMOS TANTO. Y TAN CONTRADICTORIO.»

LA EXTRAÑEZA ANTE LO INDECIBLE

Daniel se suicidó. Su madre era Piedad. Mejor: sigue siendo su madre, la sobreviviente, la que no quiso ocultar la enfermedad mental del hijo ni eufemizar el salto al vacío y la rotura de tanto más que un cuerpo, la misma cuyo susurro pregunta: “¿En qué pupila / quedaste tú grabado para siempre // aúnSigue leyendo «LA EXTRAÑEZA ANTE LO INDECIBLE»

DE CUANDO ESTÁS EN LA OTRA ORILLA

«Levántale el plato a tu hermano».             Nunca dijiste lo contrario. No. No ordenaste que él levantara el mío.             Aquella loza con restos de pollo y espinaca era como una casa, igual de inabarcable y de grosera. Una mansión maciza contra mí.             No sé cuántas veces te oí decirlo, cómo aprendiste a verSigue leyendo «DE CUANDO ESTÁS EN LA OTRA ORILLA»