El amor no goza de buena prensa en estos días. Cada vez más personas están sin pareja o deseando estar sin ella, como el colega que confesaba: «Si no fuera por mis hijas, hace muchos años me habría divorciado». Hoy mismo escucho decir a una amiga que tras algunos desengaños ya no piensa volver a enamorarse, que sale demasiado caro a nivel emocional, que prefiere volcar los afectos en su perro. Luego casi trata de convencerme de la inconveniencia del amor, de sus muchos asegunes.
Por supuesto que lo sé. Tras un divorcio y varias buenas relaciones conozco esos inconvenientes: navegar a solas otorga más libertad de tiempo y sexual, no implica negociación con el otro, evita lidiar con familias políticas, permite exorcizar el temor a un rompimiento. Sin embargo, creo en los abrazos que iluminan días. Le veo más ventajas a estar enamorada que a no estarlo, encuentro más poderoso el sexo que revuelve almas que el que se queda en la superficie. En suma: prefiero los inconvenientes del amor que los de la falta del mismo. Así que aunque parezca un poco a contracorriente tomo como si fueran míos los versos de Ricardo Yáñez:
«No lo que digo,
lo que dice mi cuerpo
si estoy contigo».
Supongo que el confesar alivia las mordazas de los sentimientos 🙂
Me gustaMe gusta
Sí, creo que en todos los casos conviene poner palabras a los sentimientos, tanto positivos como no. Saludos…
Me gustaMe gusta
Sin duda, no puedo menos que aplaudir el texto de este post. Estoy de acuerdo contigo en un cien por ciento.
Sólo hay dos cuestiones importantes en esta vida breve u pequeña que nos ha tocado en suerte: los temas del conocimiento y los temas del amor. Lo demás es accesorio.
Lo que dice tu amiga es comprensible, siempre y cuando su dolor haya sido reciente (¿Quién no se ha prometido, en los primeros momentos de una separación, que nunca, pero NUNCA, va a volver a pasar por el mismo sufrimiento?). Pero luego uno recuerda los buenos momentos –ese compartir, a veces, sin palabras; el saberse cuidado y el querer cuidar al otro; el incomparable acto de amar con todo el cuerpo y con toda el alma–. No hay nada que iguale a esas sensaciones y a ese sentimiento.
Hay que apostar a ello, aun cuando exista el posible dolor a futuro.
Me gustaMe gusta
De antemano pido perdón por la cita que sigue pero es que ahora mismo me hiciste recordarla ¡y es terriblemente divertida (y terriblemente terrible)! Es de Frédéric Beigbeder, de su novela El amor dura tres años: «El amor es una catástrofe espléndida: saber que te vas a estrellar contra una pared, y acelerar a pesar de todo: correr en pos de tu propio desastre con una sonrisa en los labios; esperar con curiosidad el momento en que todo se va a ir al carajo. El amor es la única decepción programada, la única desgracia previsible que deseamos repetir». Eso sí: es la desgracia más fantástica.
Me gustaMe gusta
Reblogged this on El Blog de Arena.
Me gustaMe gusta
«Prefiero los inconvenientes del amor que los de la falta del mismo». Tienes toda la razón. Lo digo con otra prueba empírica: yo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
No sé si somos valientes, ingenuos o suicidas, pero a veces la pasamos muy bien.
Me gustaMe gusta
Me gustaLe gusta a 1 persona
Pues sí, locos.
Me gustaMe gusta