Las caricias, incompatibles con la prisa

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Cartagena de Indias, Colombia. Saboreo el tiempo que pasa aquí, sin prisa ni desgaste, que se desliza como la luz sobre el agua. Ayer un cartagenero jugaba diciendo que ellos trabajan «los miércoles»: de jueves a domingo están de rumba, los lunes sufren los estragos de la fiesta y los martes se preparan para ganar el pan al día siguiente. Más allá de la broma me fascina su concepción relajada de la vida. Aquí no habita el estrés, los días pasan sonrientes como su clima y la luna que se queda en mi pelo se deleita en el baile perpetuo de este pueblo costeño.

Esa morosidad lo vuelve el sitio perfecto para el amor, porque las caricias son incompatibles con la prisa. Suave, trémula, mi alma lo confirma: la entregué en besos sin cuento, que humedecieron el aire.

Publicado por Julia Santibáñez

Me da por leer y escribir. Con alta frecuencia.

17 comentarios sobre “Las caricias, incompatibles con la prisa

  1. Hay sitios que parecen tener un ritmo propio –esto no es una novedad, lo sé– pero tengo la sensación de que cada vez van quedando menos. Y tu texto…. bueno, como siempre, eres tan buena describiendo lugares y situaciones que uno termina de leer y siente deseos de hacer las valijas al instante.
    Cariños.

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    1. Si no conoces Cartagena tienes que planearlo cuanto antes. Es poesía a cada paso, de verdad, alucinante.
      Un abrazo al lector de este blog que logra sonrojarme más frecuentemente…

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  2. Me gusta la descripción de la ciudad, la modalidad de vida de su gente, aunque sea de broma, siendo importante que viven su cotidianeidad, sin prisa pero sin pausa, disfrutando seguramente de cada istante, que queda grabado, como la luna en tu cabello. Más me gusta esa analogía que haces, calificando al sitio, como perfecto para el amor, apasionado sí, pero incompatible con la prisa, como dice la letra de la canción Ámame en cámara lenta, del cantautor Paz Martínez, interpretada entre otros de manera excelente por Valeria Linch
    Despacito, suavemente
    «amame en camara lenta»
    Suavecito, dulcemente
    «amame en camara lenta»
    De a apoquito, tiernamente
    «amame en camara lenta»
    En voz baja, susurrando
    «amame en camara lenta»
    Que el amor es vida en movimiento
    y yo ¡TE SIENTO!

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