En 1507, el clérigo alemán Martin Waldessmüller realizó un mapa que cambiaría la forma de entender el mundo. Consta de 12 bloques de madera que forman una imagen de 2.50 por 1.20 metros y se volvió fundamental porque es el «acta de nacimiento» de América: nombra por primera vez así al «nuevo» continente, aunque también contiene numerosas imprecisiones, cuenta Simon Garfield en el tesoro inagotable que es su libro En el mapa. De cómo el mundo adquirió su aspecto, publicado por Taurus (da click en Las monjas que intuyeron a Borges y Cómo Google Maps alimenta el ego, otras entradas sobre este libro).
El nombre figura sobre Sudamérica y en un recuadro en la parte inferior izquierda, Waldessmüller anota que «los antiguos no hacen mención» de esta zona y que su inclusión se basa «en conocimientos geográficos auténticos y precisos». Además, en la parte superior representa a dos personajes: a la izquierda Ptolomeo, padre de la cartografía, junto al ya conocido hemisferio oriental, mientras a la derecha aparece Américo Vespucio, junto al nuevo hemisferio occidental.
Recuerdo que en mis años escolares me pregunté por qué el continente lleva el nombre de Vespucio, personaje del que nunca oí nada, y no el de Cristóbal Colón, protagonista en mis clases de historia y en la «fiesta» del 12 de octubre. Ahora salgo de la duda: resulta que Vespucio, navegante florentino, realizó varios viajes a Sudamérica en los primeros años del siglo XVI y fue considerado por muchos el primero en llegar a la tierra recién explorada. Luego se aclaró que Colón fue el primero, pero se ve que al momento de hacer su mapa, Waldseemüller era de los fans de Vespucio. Así, explica en la introducción a su mapa: «Puesto que tanto Europa como Asia recibieron nombres de mujeres, no veo razón alguna para no llamar a esta parte del mundo Amerige, esto es, la tierra de Americo, o América, por Americo, su descubridor». Y aunque seis años después, en otro mapa Waldseemüller nombró a Colón como el primero en llegar a tierras incógnitas, era tarde: ya se había copiado masivamente su representación del mundo y, con ella, el nombre América para designarla.
Amo estas historias fantásticas que subrayan la fuerza del azar.
Esa es la explicación oficial, pero yo te voy a contar la verdadera procedencia del término «América». Cuando Colón desembarcó Cólon en la isla Guanahani, un habitante de la misma que estaba por allí le comenzó a tirar piedras a Colón, a lo que este contesto «¡ah maricón¡». Esta expresión con los años acabó transformándose en «americano»; y de ahí «América». Como ves el origen es mucho más sencillo, pero queda mal en los libros de historia 🙂
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En efecto, suena mucho más elegante aquello de Vespucio, pero así es la vida: lo verdadero suele no ser lo más bello. =)
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Y la realidad siempre supera a la ficción 🙂 Saludos Julia.
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Sin duda (por Fortuna)…
Abrazo
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Hola de nuevo.
Al parecer hay azares que parecen más arbitrariedades. Tal vez la historia sólo esté compuesta por estas últimas.
¡Saludos y buen fin de semana!
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La historia del mundo y también nuestras pequeñas historias están pobladas de azares. Y nosotros vamos por la vida pensando que decidimos todo…
Abrazo
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La verdad muchas veces es incomoda…….
Quien sabe cuantas veces nos hicieron tragar historias inventadas…!
Ese mapa es muy interesante y nos habla del nuevo mundo por primera vez!
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No lo sabemos, pero podemos intuir que muchas veces la Historia oficial dista mucho de la historia real. Lo cierto es que no dejan de fascinarme este tipo de «errores».
Saludos
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Hola Danioska,
¡magnífica historia! Creo que muchos son los que saben quien era Vespucio pero no creo que fueran muchos (entre los que me incluyo) los que conocían la génesis del nombre del continente por el mapa de Martin Waldessmüller. Gracias por compartirla y permíteme felicitarte por tu blog, unos artículos de calidad y tu persistencia desde hace años, han hecho que se te reconozca por la comunidad bloguera.
Un saludo
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Muchas gracias, Francisco Javier, tus palabras son un aliciente y un espaldarazo que valoro enormemente. Me gusta compartir las cosas que me resultan interesantes porque presupongo que a los demás también les llamarán la atención, así que celebro mucho saber que lo que encuentras por aquí te alimenta de algún modo.
Un abrazo agradecido
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Reblogueó esto en Cultureando en Barinas.
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Reblogueó esto en El blog de Alejandro.
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Qué interesante! Si realmente ocurrió lo que nos aclara Chus no me extraña que se quedasen con la excusa de Vespucio! Un saludo
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La historia de Chus es muy buena, se suma interesantemente a la otra versión.
Abrazo
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Yo me quedo con la versión de Chus, porque llamar a un continente por el nombre del navegante, ojo, el nombre, no el apellido, ¿Colombia se llama Colombia o Cristobalandia?
si fuera por el navegante américa se llamaría Vespucia, no américa, imagina la vergüenza que pasarías diciendo que vienes de Vespucia, «soy vespuciana», vamos, te pilla un investigador de OVNIs y te encierra 🙂
Besos ojito.
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Eso de «soy vespuciana» suena curiosísimo, como para que en efecto me encierren por loca o, al menos, subversiva, de modo que me obligas a quedarme con la versión de Chus… Está bien, acepto resignada mi derrota en este lance.
Abrazo hasta allá
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Preciosa entrada Danoska; ése libro parece cosa seria. Y gracias por los enlaces a las entradas anteriores. En ese sentido tu blog también es un mapa que puede recorrerse varias veces, siempre encontrando nuevos caminos para llegar al mismo sitio o a otro cualquiera.
¡Y qué lindo diálogo mantuvimos en la entrada «Las monjas…» lo repito completo aquí. palabra por palabra.
Cariños.
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El libro es una delicia, de verdad, para tomarlo a sorbos lentos como un whisky muy refinado que no quieres que se acabe. Y gracias de nuevo por aquella cita de Borges: la guardo entre las manos y me las llena de luz.
Abrazo renovado
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En realidad Américo Vespucio, era un experto navegante, pero también, como lo catalogaríamos en Argentina, un «vivo» (entiéndase despierto, inteligente), y fue posiblemente el primero que tuvo ideas claras sobre el nuevo continente descubierto. Colón, y esto es opinión mía, era un pobre diablo, supersticioso, que consideró como no completamente humanos a los nativos que encontró en sus excursiones por el Caribe.
Saludos
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Sé muy poco sobre Vespucio, apenas lo que comenta sobre él el libro que cito, pero parece que en efecto era un hombre de más luces que Colón, aunque ambos murieron en pobreza y anonimato. En fin, como dicen, uno nunca sabe para quién trabaja…
Abrazo
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